las claves de johan cruyff

El peaje del 'virus FIFA'

El Barça no jugó en Gijón con la perfección a la que nos tiene habituados. Aún así, sacó un buen punto. Lo que no puede reprocharse es que faltaran ganas.

Messi dispara a puerte ante Sastre, el sábado en El Molinón.

Messi dispara a puerte ante Sastre, el sábado en El Molinón.

Johan Cruyff

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El empate del Barça en Gijón sirvió para dos cosas. La más obvia, para sumar ni que sea un punto. La no tan fácil de ver -nada de falta de ganas, nada de ausencia de agresividad- es un intangible: ¡Qué difícil es jugar perfecto! Y en el Barça la diferencia entre jugar bien y jugar perfecto es la velocidad que se imprime al pase y control o pase directamente sin control. Si el balón va más lento, si el pase o el control no son rápidos y certeros, el defensor se te viene encima. Y defensores, con el rival encerrado atrás, hay muchos.

Leo unas estadísticas: 13 partidos ha dirigidoGuardioladespués de una jornada de selecciones. El balance: 5 victorias, 7 empates y 1 derrota. En un equipo que encadena récords y victorias, que empata de vez en cuando y no pierde casi nunca si hay algo de verdad en juego, es un porcentaje que choca frontalmente con lo que está rindiendo este grupo desde hace dos años y medio. ¿De verdad hay una causa-efecto? Lo único cierto es que cuando la gente se va -y de forma masiva- con su equipo nacional, la rutina es otra y el ritmo de trabajo se ve afectado.

Y como lo sabes porque ya tienes experiencia, cogerlo como excusa es demasiado simple. ¿El Barça jugó mal en Gijón? Para mí, no. Otra cosa es que, efectivamente, no estuvo perfecto y eso lo marcó el ritmo en que movió el balón. Y puestos a darte cuenta de tus propios defectos, que siempre los hay, mejor con un empate que con una derrota. De haber convertido alguna más de las muchas ocasiones en el segundo tiempo, ahora se hablaría del gran poder de reacción de este equipo. Y lo tuvo, ciertamente. De ahí que lo de falta de ganas o agresividad salte por los aires. Lo que falló no es eso, sino la velocidad y precisión en la ejecución en la fase ofensiva.

La velocidad del Arsenal

Antes del Sporting-Barça se jugó el Arsenal-Wolverhampton. Dos a cero con dos buenísimos goles deVan Persiey la constatación, una vez más, de que sus delanteros corren que se las pelan. Sobre todoTheo Walcott.¿Por qué resulta tan atractivo el fútbol inglés? Porque hay intercambio de golpes, porque todos corren a tumba abierta, porque unos y otros pierden no muchos, sino muchísimos balones. Es a través de la pérdida de balón, por la incapacidad de dar más de tres pases seguidos, cuando todos se lanzan al cuello de todos en forma de pases largos.

Pero el Barça ni es inglés ni peca de esto último. Ahí está la diferencia. No solo es capaz de dar un montón de pases seguidos, sino que lo hace, por poco que pueda, tan cerca del area rival como lejos de la propia. Balones siempre vas a perder alguno, pero si losWalcott, Arshavin, Van Persie y compañía están lejos deValdés, siempre puedes jugar con el fuera de juego y rebajar el nivel de gasolina de sus motores turbo a medida que corran más tras el balón.

Además de bueno y en racha goleadora -buena derecha, mejor zurda y correcto de cabeza-, Van Persie está más fresco que nadie. Y es así porculpa de sus lesiones de tobillo. La última le dejó sin jugar del Mundial hasta diciembre. Más allá de sus calidades y de su evidente buen estado de forma, el partido del miércoles en el Emirates es de obligado seguimiento. Seas del equipo que seas, esta es la eliminatoria de los octavos de final de la Champions. Porque el Arsenal, y esto es lo que le hace distinto en Inglaterra, sí es capaz de dar más de tres pases seguidos. Y lo sabe combinar con algo tan inglés como son los pases largos, buscando la espalda de los defensores rivales. La diferencia -eso espero- estará en el Barça. Tan o más singular que el conjunto de Londres. El equipo deGuardiolaes capaz de jugar siempre en el campo del rival, de juntar líneas, de hacer pequeño un campo enorme y de presionar con todos sus jugadores, sean delanteros o defensas.

Olvidarse de Cesc Fàbregas

Disfrutemos de las virtudes de unos y otros, comprobemos quién hace más evidentes los defectos del otro y dejemos en paz aCesc Fábregas. Vaya semanita le han dado al chaval. ¿Su futuro? Su futuro es el Arsenal, es intentar pasar ronda en la Champions y tratar de ganar la Premier. ¿El año que viene? Dios dirá. No, perdón,Cescdirá. Ahora no puede expresarse porque no es el momento. Cuando llegue, renovará si quiere quedarse. Y si no lo hace, se irá y su club recibirá una buena suma a cambio. ¿La que quiera el Arsenal? La que pague el club al que el interesado quiera irse. El juego ha empezado. O mejor dicho, se ha reactivado, pero manda el futbolista.