La Copa del Rey

Catorce centímetros

Pedro supera la altura de Pellerano para marcar un golazo de cabeza. El Barça alcanza los 101 tantos en 35 partidos oficiales

Celebración 8 Pedro salta sobre Xavi, eufórico tras conseguir un soberbio gol de cabeza.

Celebración 8 Pedro salta sobre Xavi, eufórico tras conseguir un soberbio gol de cabeza.

JOAN DOMÈNECH
BARCELONA

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Catorce centímetros separan a Pedro de Pellerano. Les separan muchísimas cosas más, pero esa es la diferencia de altura que existe entre ambos. En la apología de la pequeñez que hace el Barça, Pedro se elevó por encima de Pellerano y clavó un cabezazo en la escuadra derecha de Esteban. Como si se tratara de un cabeceador puro que solo brilla en el juego aéreo, Pedro saló a cazar un medido lanzamiento de falta de Xavi en otra acción a balón parado del inacabable repertorio azulgrana.

Catorce centímetros de estatuta, varias páginas del libro de estrategia, muchísimos grados de concentración y varios quilates de calidad separan a Pedro de Pellerano, pero también al Barça del Almería, al que volvió a azotar con una goleada. No de las mismas proporciones gigantescas que le endosó en su estadio el pasado 20 de noviembre, pero suficiente para cerrar la bonita trayectoria de los andaluces en la Copa, donde no habían perdido ningún partido. Sin apenas enterarse, se encontró con la cruda realidad de una virtual eliminación.

Cinco minutos menos

Por momentos, el encuentro discurrió por los mismos parámetros de hace tres meses. El Barça tardó cinco minutos menos en marcar los primeros cuatro goles. La víctima no fue Diego Alves que, por fortuna suya, descansa en el torneo copero, sino Esteban, que tuvo mucha responsabilidad en sufrir la mitad del castigo de su colega. Falló en los tres primeros tantos, pero luego evitó otros tres. Si el ocho se lo llevó a casa, con la consiguiente carta de despido, Juanma Lillo, los cuatro afearon la reacción que había iniciado el Almería con José Luis Oltra. El técnico sabía lo que le esperaba. Hace un año, con el Tenerife, encajó un 0-5 en casa. Cómo no, aquel día marcó Messi. Un triplete.

No debería acomplejarse Esteban por la aciaga noche que vivió. No ha sido el primero ni tampoco será el último portero en sufrir la voracidad de los pequeños azulgranas. Marcaron los tres delanteros que suman, entre los tres, 70 goles en los 35 encuentros oficiales disputados. Andan camino de superar los 100 que alcanzaron Messi, Etoo y Henry hace dos temporadas. El equipo ya ha superado el centenar. Lo rebasó anoche con la octavamanitade la temporada, alcanzando un total de 102 tantos, lo que arroja un promedio de 2,91 goles por partido. Solo faltó la guinda de un tanto de Maxwell, cuyo disparo repelió el poste, y un par de intentos de Eric Abidal, que a cada partido se anima más, espoleado por las ovaciones de la grada.

Fuente de inspiración

El equipo calentó la noche -también el árbitro por su permisividad- y animado por la goleada, la mitad del estadio, la ocupada, se echó a cantar. Tiene una fuente de inspiración en José Mourinho. Aunque solo haya pisado el Camp Nou una vez desde que entrena al Madrid. Aunque sea un personaje antipático para la hinchada. Acaso sea por eso. Ayer, encerrado en el vestuario de Sevilla, sin salir siquiera a la rueda de prensa, no pudo escuchar el tercer cántico dedicado a él.

Es ya el tercero. Todos a ritmo de la popular canciónGuantanamera. La letra ha sido original en cada uno. Empezó con«Vente al teatro, Mourinho vente al teatro»cuando entrenaba al Chelsea después de acusar a Messi por fingir tras recibir una alevosa patada de Del Horno en Stamford Bridge. La noche del clásico escuchó«Sal del banquillo, Mourinho, sal del banquillo».Anoche la letra rezó: «Esto es fútbol, Mourinho, esto es fútbol».¿Habrá más éxitos como para editar un cedé?