El Inter sucede al Barça como campeón del Mundial de Clubs

Tras la Liga, Copa y Supercopa de Italia y la Liga de Campeones europea, el club italiano recupera las sensaciones victoriosas postergadas por los altibajos competitivos de las últimas fechas. La inestabilidad en los resultados recientes, tanto en su Liga como en la fase de grupos de la Liga de Campeones, encendieron la alarma en la entidad. Las sospechas sobre el técnico español Rafael Benítez crecieron. La sombra del portugués Jose Mourinho, líder de los éxitos del pasado ejercicio, es aún larga.

El Mundial de Clubs supone aire para Benítez, que ha logrado, por fin, la corona que se le resistió hace cinco años, cuando el Sao Paulo superó al Liverpool en la final del 2005 por 1-0. La herencia que el Inter recoge del Barça, pasado campeón, es el tercer reconocimiento como mejor equipo del mundo para el Inter, que ganó la Copa Intercontinental en 1964 y 1965. La primera, no obstante, con el formato actual.

La sorpresa de las semifinales

El bombazo proporcionado por el campeón africano en la semifinal ante el Internacional de Porto Alegre supuso una revelación sin precedentes para la competición, por primera vez con una final sin representante del fútbol suramericano. Esto ha deslucido la pelea. El Mazembe ha sido incapaz de prolongar su combatividad y el factor sorpresa.

De hecho, nunca ha podido el equipo congoleño inquietar al Inter, que ha cerrado prácticamente el partido en el primer cuarto de hora. Mucho ha tenido que ver en ello el camerunés Samuel Etoo. De entrada, ha centrado al macedonio Goran Pandev en la acción del tanto inicial. Cuatro minutos más tarde, en el 17, ha aprovechado un error del Mazembe para plantarse ante el meta Muteba Kidiaba, firmar el segundo y ampliar la renta.

La sangría pudo ser mayor para el equipo africano. Desarbolado, sin posibilidad de encauzar la situación y despojado de su entusiasmo. El desbarajuste táctico ha ampliado la relación de ocasiones italianas, que ha podido tener un choque mucho más cómodo si el argentino Diego Milito hubiera aprovechado alguna de las dos oportunidades claras de que ha dispuesto. Ambas resueltas por el portero Muteba Kidiaba. La primera a los 24 minutos. La otra, a tres del descanso. Solo una vez antes del intermedio se ha tambaleado el Inter. Ha sido en un disparo de Dioko Kaluyituka que ha desbaratado el colombiano Iván Córdoba.

Baja el ritmo

La segunda parte ha tenido un ritmo inferior. El conjunto de Benítez ha contemplado el partido con el control del juego y la intención de sentenciar en cualquier acción. Como la protagonizada por el brasileño Maicon, que ha firmado una jugada personal para finalizar con un disparo al poste.

Diego Milito se ha marchado con un puñado de opciones marradas antes del tramo final, cuando el Mazembe se ha animado. Primero con un mano a mano de Kaluyituka, que se ha enredado a la hora de definir. Pero sobre todo a diez del final, con dos disparos consecutivos de Kaluyituka, el más peligroso de su equipo, que ha desbaratado el portero brasileño Julio César.

No ha llegado el gol que devolviera al campeón africano al partido. Al contrario. El tanto del francés Jonathan Biabiany, sustituto de Milito, ha redondeado la victoria que ha cerrado el círculo de éxitos de una campaña triunfal.

Ficha técnica:

Mazembe - 0: Kidiaba, Kimwaki, Kasusula, Nkulukuta, Singuluma, Kabangu, Bedi, Kaluyikuta (Ndonga, m.89), Mihayo, Ekanga y Kasongo (Kanda, m.46).

Inter de Milán - 3: Julio César, Córdoba, Zanetti, Lucio, Motta (Mariga, m.87), Etoo, Maicon, Cambiasso, Milito (Biabiany, m.70), Chivu (Stankovic, m.54) y Pandev.

Goles: 0-1, m.13: Pandev; 0-2, m.17: Eto'o; 0-3, m.84: Biabiany.

Árbitro: Yuichi Nishimura, de Japón. Mostró tarjeta amarilla a Bedi, Kaluyikuta, Ekanga y Kasusula del Mazembe y a Motta del Inter.

Incidencias: Partido de la final del Mundial de Clubes disputado en el estadio Zayed Sports City de Abu Dabi ante unos 45.000 espectadores.