LA SORPRESA DE LA FAMILIA DE LA ATLETA

«Pero si tenía que estar en el hospital»

La madre de Marta se quedó helada al comprobar que la casa de su hija embarazada estaba tomada

J. C. A.
BARCELONA

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Hace menos de un mes, Marta Domínguez ocupó las páginas rosas de los periódicos al proclamar su feliz embarazo y anunciar que tras ser mamá pensaba estar de regreso para sus cuartos y últimos Juegos Olímpicos, los de Londres-2012. Ayer, la atleta palentina despertó sin sospechar que minutos después entraría en las páginas del lado más oscuro del deporte, el del dopaje. Tenía programada una visita al hospital para controlar su gestación y se encontró la casa llena de agentes de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil de Medio Ambiente (CECOMA) y una acusación de estar presuntamente relacionada con una red de distribución de sustancias prohibidas, por lo que se le imputan delitos contra la salud pública y blanqueo de capitales.

La casa de la atleta más laureada del deporte español, en la calle Valdivia, al sur de la capital palentina en la salida dirección hacia Valladolid, luce una M y una D superpuestas adornando el pomo de la puerta. Hasta allí se dirigía ayer la madre de Marta cuando observó un movimiento de gente poco habitual. Cuando llegó delante del pomo adornado no podía creer lo que le contaban. «Pero si Marta tenía que estar en el hospital», dijo sobre su hija, que se pasó en cambio el día declarando en las dependencias de la Guardia Civil de Palencia.

Mientras, los pocos curiosos que esperaban en la calle, junto a alguna cámara de televisión y fotógrafos, podían ser testigos de cómo dos agentes de paisano salían de la casa, sobre las 13.40 horas, con un ordenador portátil, un maletín metálico y una caja de cartón, que cargaban en un turismo sin señales. Era el fruto de una mañana de registro en casa de la atleta. Poco antes, a las 13.10 horas, habían salido del garaje de la vivienda otros dos turismos.

En estado de choque

Las reacciones, en Palencia y fuera, no se hicieron esperar. «Me he quedado helado cuando me he enterado de la detención de Marta», aseguró el campeón olímpico de 1.500 metros, Fermín Cacho, desde Jaén. «No me lo podía creer, me he quedado de piedra al ver la noticia en el telediario».

Mayte Martínez, la atleta vallisoletana con una carrera muy paralela a la palentina, tampoco podía disimular la sorpresa. «Estoy en estado de choque. Todo el mundo es inocente hasta que se demuestra lo contrario», reivindicó. Lo mismo expresó la federación española, mientras Lissavetzky reivindicaba, una vez más, la «tolerancia cero».