LA JORNADA DE LIGA

Messi marca y da goles

El argentino, en un partido sublime, guía al Barça en Getafe a su quinto triunfo consecutivo fuera de casa (1-3)

MARCOS LÓPEZ / Getafe

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En poco más de media hora, Leo Messi ha dictado una lección maravillosa de fútbol en Getafe. En ese momento, el Barça podía haber cogido el avión de vuelta a casa con toda la tranquilidad del mundo. Se lo merecía. Ha jugado un gran partido, encadenado su quinto triunfo consecutivo fuera del Camp Nou, récord absoluto del club, ha sepultado a un Getafe acomplejadísimo y ha dejado, de nuevo, varias acciones tácticas que pertenecerán al museo de los grandes recuerdos.

Maravilloso ha sido Messi por diversas razones. No solo porque ha marcado el primer gol después de unos minutos iniciales en los que el Barça no ha tenido precisión en el remate. O para ser más justo, habría que decir que ha sido Villa quien ha tenido el punto de mira desviado. Hay, sin embargo, algo de guerrero en el asturiano. Falla (su error en el minuto cuatro por mucho que el balón le botara mal es indigno de él) pero se levanta con entereza como si nada serio hubiera ocurrido. Es guerrero y, sobre todo, leal el Guaje. Leal con el juego y con sus compañeros. Como Messi. No únicamente por sus goles, siempre decisivos, sino por su extrema generosidad con los amigos en los malos momentos. Ha visto al guerrero leal algo abatido por ese fallo y lo ha levantado.

Asistencias de Leo

Lo ha levantado Messi dándole hasta tres pases de gol, dejándolo solo delante del pobre Codina. Más que un portero parecía un muñeco de goma. Leo ha pasado y Villa, a la tercera, todo hay que decirlo, ha acertado para liquidar el partido en tan solo 34 minutos. ¿El Getafe? No ha estado en el campo. Simplemente ha ejercido de obediente espectador, al que solo le ha faltado aplaudir la sincronía, casi perfecta, del fútbol del Barça.

Ni un gramo de energía más de lo estrictamente necesario ha gastado el equipo de Guardiola en la fría y ventosa noche que se ha vivido al sur de Madrid, en la periferia industrial. Ha agarrado el balón Xavi ¿¡si le duelen los tendones, cómo jugará sano!¿, ha dibujado un par de acciones sublimes Iniesta, especialmente una en la que ha regateado como un funambulista sobre la línea de banda a Boateng, y Pedro ha dejado un par de controles hipnotizando la pelota cual mago.

Aunque ha empezado algo espeso el Barça, la ocasión fallada por Villa ha provocado un derrumbe en el Getafe, que se ha asustado. Y se ha asustado tanto que no se ha atrevido luego a pasar del centro del campo, intimidado por la exhibición azulgrana, simbolizado en el papel pasivo de Manu del Moral, el volante que debía vigilar las subidas de Alves. Y a fe que lo ha hecho. Cinco metros por detrás del lateral brasileño, eso es verdad. Y siempre tarde. Más que vigilar, lo que ha hecho Manu es acompañar al trote a Alves.

Piqué, penalti y expulsión

Antes de empezar el partido, Guardiola ha removido la alineación colocando a Mascherano en el eje del equipo supliendo a Sergio Busquets, ha reservado a Abidal y Keita para darle minutos a Maxwell y apostar por Pedro arriba, lo que ha provocado un movimiento inmediato retrasando a Iniesta al medio campo. El efecto ha sido inmediato. A los cuatro minutos, el Barça ya había puesto su nombre a la pelota. Como en el colegio. Es mía, le ha dicho al Getafe. Y se la ha llevado a casa, tan solo lamentando la rigurosa tarjeta amarilla que ha visto Piqué, y que le impedirá jugar ante el Villarreal. Pero con otras manos, en la acción del penalti, ha recibido la segunda y ha sido expulsado.

En la segunda mitad, con el 0-2 ya reinando y escuchando gritos de "¡Messi, Messi!" en un estadio en el que se han visto muchas sillas vacías, el Barça se ha tumbado a la bartola. Al Getafe, que no tenía fútbol, sí que le ha quedado algo de corazón y mala baba como se ha visto en Boateng, que se ha tirado para cazar a Messi. Y lo ha cazado, claro.

Desanimado por la humildad de Messi ¿ha presionado por un balón y el rebote ha caído en Pedro para firmar el 0-3¿ y animado luego por la expulsión de Piqué, Michel ha tirado su equipo arriba para encerrar a un Barça con 10. Otra tontería de Boateng, que ha visto la roja, ha dejado el partido donde estaba. Allí donde no ha llegado Leo (sí, es humano, ha fallado dos goles claros) han aparecido las manos salvadoras de Valdés. Y con el balón ha vuelto a casa Messi.