El debut azulgrana

Trabajo bien hecho

Un solvente Barça liquida en solo media hora al Ceuta gracias a los goles de Maxwell y Pedro

Maxwell conecta el zurdazo con el que abrió el marcador del Barça, ayer en Ceuta, en el primer gol que marca el lateral brasileño en partido oficial con el equipo azulgrana.

Maxwell conecta el zurdazo con el que abrió el marcador del Barça, ayer en Ceuta, en el primer gol que marca el lateral brasileño en partido oficial con el equipo azulgrana.

MARCOS LÓPEZ / Ceuta

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Con las estrellas trabajando a destajo en la Ciutat Esportiva de Sant Joan Despí durante una semana completa (algo insólito), el Barça se paseó por Ceuta con una autoridad indiscutible. Tiene la primera ronda de la Copa ya resuelta porque vino al norte de África, pasó el estrecho de Gibraltar por el aire, en un cómodo viaje en helicóptero, y regresó luego a casa con la sensación del trabajo bien hecho y el deber cumplido. Y muy bien cumplido.

En media hora, el Barça liquidó el primer trago de la Copa. Como se espera que lo haga un equipo grande, a pesar de que en la alineación había tres niños. A cual mejor. Thiago, por ejemplo. De él se espera que sea muchas cosas y en poco tiempo. Pero si finalmente logra ser Thiago, el Barça tendrá un jugador para muchos años. De Bartra no se habla apenas, pero es un central exquisito. Rápido, listo, aventurero (se asomó dos veces al área del Ceuta y hasta disparó) y con una hermosa conducción del balón. Mira al horizonte y la pelota va cosida a sus botas de la forma más natural. ¿Y Fontàs? Otra delicia de central. Distinto, pero fiable. Diferente, pero contundente. Capaz incluso de regatear en el punto de penalti, teniendo la coleta de Pinto casi, casi en su cogote.

RIVAL TÍMIDO Y ASUSTADIZO / A través de esa pareja de jóvenes defensas, el Barça comenzó a construir el fútbol con una pasmosa tranquilidad y se llevó por delante al tímido y asustadizo Ceuta. Habían pasado 41 minutos y no se había enterado del partido porque el equipo de Guardiola se tomó muy en serio la noche. Sin tiempo apenas para disfrutar de una hermosa y anaranjada luna que tenía por testigo. Mientras Bartra emprendía románticas cabalgadas, Fontàs se tomaba un café en el área del Barça con el balón entre sus piernas, hipnotizando con esa elegante zurda que le hace un central distinto. Mascherano se iba asociando con esos dos defensasmade in Bar-

ça hasta que Maxwell soltó un latigazo con la zurda para reflejar la superioridad azulgrana. Era cuando la velocidad de Jeffren le permitía brillar hasta que el hombro izquierdo se le salió de mala manera.

DEL CÉSPED AL HOSPITAL / Pasó el extremo canario de la hierba ceutí al hospital, víctima del infortunio que le persigue desde hace tiempo. Justo anoche cuando Jeffren estaba jugando bien, tanto como Keita, un tipo tan honrado que no entiende de partidos de segunda nivel. O como Maxwell, un lateral barato (costó cinco millones de euros) que da siempre buenos dividendos. O como Pedro, empeñado en terminar con el mal fario con el gol. Y lo hizo con el segundo tanto del Barça, arrastrándose por el suelo hasta conectar con la pelota, llegando desde atrás.

¿El Ceuta? Miraba pasar la pelota como si estuviera sentado en la primera fila de un cine. Embobado con lo que tenía por delante. Impresionado porque el balón le duraba poquísimo. Más bien nada. Era lógico porque el Barça, pese a ser una versión B, la de la Copa, fue fiel a su biblia futbolística. No cometió traición alguna. Eso lo da el estilo. Juegan niños, adultos, jóvenes, mayores, veteranos.... Da igual. El libro sagrado se lo saben de memoria todos ellos.

BOJAN NO MARCA / Y eso que el trabajo de Bojan no tuvo la recompensa que tanto anheló porque hasta el travesaño -como si fuera unremakede Villa y su intrahistoria con la madera- se alió anoche en Ceuta para dejarle un partido más sin marcar. No ha podido Bojan aún festejar ni un solo gol en dos meses de temporada. Todo llegará. Cuando no tembló la madera apareció una inoportuna bota ceutí, pero algo se cruzó en el camino del ayer joven capitán del Barça. Incluso Nauzet, un estrafalario meta, le robó un mano a mano.

Hecho el trabajo con gran solvencia en la primera media hora, el equipo de Guardiola se tomó luego la hora final para ir ajustando detalles y ver a esos dos centrales (Bartra y Fontàs) que dejaron un hermoso legado en Ceuta. Un ejemplo de que Piqué, y esas excursiones que prodiga al ataque, ha creado escuela. El Barça, también.