NATACIÓN

Barcelona repetirá Mundiales de natación en el año 2013

La FINA concedió ayer la organización del campeonato a la ciudad tras la renuncia de Dubái

EL AVAL DEL 2003  Barcelona ya acogió con éxito los Mundiales del 2003, con su piscina estrella instalada en el interior del Palau Sant Jordi. Michael Phelps se consagró como nueva estrella (cuatro oros y dos platas), se establecieron 14 récor

EL AVAL DEL 2003 Barcelona ya acogió con éxito los Mundiales del 2003, con su piscina estrella instalada en el interior del Palau Sant Jordi. Michael Phelps se consagró como nueva estrella (cuatro oros y dos platas), se establecieron 14 récor

JOAN CARLES ARMENGOL / Barcelona

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Barcelona tendrá la oportunidad de repetir los triunfales Mundiales de natación que ya organizó en el año 2003. Diez años después, en el 2013, el Palau Sant Jordi volverá a engalanarse con una piscina olímpica de 50 metros de quita y pon y acogerá de nuevo a los mejores especialistas de natación, saltos, sincronizada, waterpolo y aguas abiertas, como ya hizo hace siete años.

El aval del 2003 y la ventaja de tener construidas ya todas las instalaciones fueron factores determinantes para que ayer el comité ejecutivo (Bureau) de la Federación Internacional de Natación (FINA) cerrara en pocos minutos el debate sobre quién debía hacerse cargo de la organización, después de que Dubái renunciara el pasado mes de mayo a los Mundiales del 2013 alegando motivos económicos.

Las otras candidaturas, las de Hamburgo, Moscú, Sidney, Seúl y Eindhoven, fueron descartadas casi de inmediato, a pesar de tratarse de ciudades que nunca han acogido unos Mundiales de natación. El Bureau de la FINA, reunida en la ciudad uruguaya de Punta del Este, tardó pocos minutos en elegir por unanimidad a Barcelona, que más que una candidata ha sido una tabla de salvación ante la renuncia de Dubái, que sí organizará en cambio los Mundiales en piscina corta (25 metros) del próximo mes de diciembre.

Con la designación, Barcelona se sitúa de nuevo en el mapa del deporte mundial y prosigue con su política de organizar grandes campeonatos que den continuidad a la vocación demostrada con los Juegos Olímpicos de 1992. «Barcelona vuelve a situarse como capital mundial del deporte», aseguró ayer el alcalde de la ciudad, Jordi Hereu. «Es un honor y un orgullo acoger una competición mundial de esta importancia, es un gran reto que permitirá a la ciudad volver a demostrar su gran y contrastada solvencia organizadora», añadió Hereu.

EL 'FACTOR SAMARANCH' / Desde Punta del Este, el presidente de la FINA, el uruguayo Julio César Maglione, deslizó también otra lectura a favor de la designación de Barcelona. «La elección se ha hecho por consenso y constituye un homenaje merecido a quien fue el primer voluntario de la organización de los Mundiales del 2003, Juan Antonio Samaranch», dijo Maglione, Samaranch, presidente del Comité Olímpico Internacional desde 1980 al 2001, sigue teniendo influencia en el deporte mundial después de su fallecimiento, el pasado mes de abril.

Barcelona, que tomará el relevo de Shanghái (organizadora de los Mundiales del 2011), repetirá el esquema que utilizó en el 2003, con ligeras variaciones. La natación en línea se disputará en el Palau Sant Jordi, que también acogerá, con toda probabilidad, los partidos finales de waterpolo. Los encuentros de las primeras fases podrían repetir sede en la nueva piscina del Club Natació Barcelona, que también tendrá a punto para el 2013 la piscina de saltos, que se utilizaría para entrenamientos. La competición de saltos se disputará en la Piscina Municipal de Montjuïc, la de sincronizada en las Picornell y las pruebas de larga distancia en aguas abiertas, en el frente litoral y el Port de Barcelona.

EL IMPACTO / Fuentes del consistorio de Barcelona consideran un buen negocio organizar campeonatos de este tipo, como los recientes Europeos de atletismo, por el «retorno» publicitario y económico que representan. Según Turisme de Barcelona, el impacto económico de los Mundiales de natación del 2003 se elevó a 21,8 millones de euros.

Aquellos campeonatos, disputados bajo el lema Será increíble, fueron seguidos por 645 millones de telespectadores y, en vivo y en directo, por un total de 205.000 espectadores, 100.000 más que los Mundiales anteriores de Fukuoka-2001. Durante los 15 días de competición se vendieron el 75% de las entradas disponibles, y el Palau Sant Jordi registró en alguna sesión entradas superiores a los 12.000 espectadores.