LAS CLAVES DE JOHAN CRUYFF

El premio colectivo de Messi

Habrá discusiones sobre quién merece el Balón de Oro, como siempre. La Bota de Oro no admite discusión. Se la llevará Leo por los 34 goles marcados en la última Liga en un trofeo que es un homenaje al equipo.

Messi se prepara para disparar el penalti contra el Panathinaikos en la primera jornada de la Champions.

Messi se prepara para disparar el penalti contra el Panathinaikos en la primera jornada de la Champions.

JOHAN CRUYFF

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E l Balón de Oro -premio al mejor jugador del Año- suele dejar una puerta abierta a la discusión. En función de quién vota -antes periodistas, ahora periodistas, seleccionadores y capitanes de selección-, de los títulos obtenidos -o no- y de las propias características del futbolista, el Balón de Oro puede no tener un reconocimiento unánime. Este año no será una excepción. En cambio, la Bota de Oro -premio al máximo goleador de las Ligas en Europa- es matemática pura. En función de un coeficiente según el campeonato, gana quien más goles marca. Aunque parece el galardón más individual de todos, el de este año de Messi es más colectivo que nunca.

Se lo merece, es evidente. Treinta y cuatro goles es una cifra espectacular. La mayoría de ellos más que bonitos. Para mí, el trofeo que recibirá, precioso, es un homenaje al equipo. Al fútbol que despliega. Solo hay que ver cuántos y cómo los ha marcado con su club y con su selección. El Barça, por estilo, por filosofía, por los elementos que lo componen, le brinda muchas opciones de anotar. A mí me encanta.

Pequeñito, aparentemente frágil, pero rapidísimo en todo, en asociación y en ejecución. ¿Infalible? Nadie lo es. Le ves y a primera vista dirías que, si falla en algo, seguro que es en el juego aéreo. Sí, si le ha de disputar un balón a un defensor de mayor altura pegado a él. No, cuando combina vista y rapidez. Cuando se mueve un poco antes, cuando se va por piernas al sitio justo porque ve la prolongación de la jugada, puede saltar tan alto como el que más, y encima libre de marca. Su cabezazo en la final de Roma, volando, altísimo, compensando cuerpo, cuello y cabeza, solo es un ejemplo.

Por calidad individual, Messi puede repetir galardón durante su carrera. Pero solo optará a él manteniendo una fina balanza. Sé que me puedo inventar un gol yo solo, pero solo no me inventaré todos los goles. Mandan siempre el juego y los futbolistas, que lo ejecutan. En cuanto uno se olvida de ello y va por libre, los goles no llegan o no llegan con la asiduidad que uno persigue. Si antes ya le marcaban, ahora más. ¡Quién va a dejar campar por sus anchas a un tipo que acredita 34 goles en menos de 38 jornadas!

Fichaje que ayuda

En su temporada post Bota de Oro, entiendo que a Messi le irá de perlas el fichaje de otro tipo rapidísimo en el área, que arma la pierna en un plisplás, y que también marca goles. A­ Villa también le querrán marcar de cerca. Y esto implica medio metrito más para Messi, a sumar al otro medio metrito que le da la movilidad de Pedro, o de Bojan, o de Iniesta, por la atención que arrastran. Medio metro que ya tenía, más otro medio con la llegada de Villa, y Messi ya puede contar con ese metro extra que acaba apareciendo, más pronto, más tarde, en función de cómo se muevan todos y de la velocidad con que desplacen el balón. Son detalles, pequeños, en la configuración de una plantilla, pero con la llegada de Villa entiendo que se dan y de forma acertada. Para los rivales, no hay más remedio que dividir la atención. Y de la división aparecen las fisuras en forma de espacios.

Sentido común

Ahora mismo solo hay que desear no una pronta, sino una buena recuperación del tobillo de Messi. Aquí, puro sentido común. Una lesión no curada del todo te puede dar problemas no en un partido, no en dos, sino en toda tu carrera. Hay que proteger al jugador de sí mismo. Porque él, seguro, querrá jugar. En Kazán el miércoles. Con Argentina en Japón el día 8. ¿Se trata de dos finales? No. Los riesgos solo hay que correrlos en los partidos importantes. Ni es fundamental el partido en Kazán ni lo es el de Japón con su selección. Más allá del viaje, que implica dejar de hacer el tratamiento específico, es poner en peligro la salud del futbolista de forma gratuita, por más dólares que la Federación Argentina reciba a cambio. ¿Se juega la clasificación el Barça en Tartaristán? No, es el segundo partido de una liguilla de seis donde ya has ganado el primero.

El Barça puede jugar y competir perfectamente sin Messi en Kazán y la selección argentina puede jugar y competir perfectamente en Japón sin Messi. Entiendo que Iniesta, por ejemplo, arriesgase todo y más para jugar aquella final de Roma. Era el gran partido de la temporada. El último de la temporada. Los que vienen ahora son como quien dice el primero. En Roma, Iniesta jugó y levantó la copa. Pero a qué precio. Lo estuvo pagando todo el verano. Y durante la siguiente temporada, desapareciendo y apareciendo. ¿Lesiones distintas? Seguro. Pero de idéntico planteamiento previo. ¿Cuándo vale la pena arriesgar? Ahora no.