OPEN DE ESTADOS UNIDOS

Rey Nadal

Nadal celebra su triunfo mordiendo la Copa

Nadal celebra su triunfo mordiendo la Copa / periodico

IDOYA NOÁIN

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Los retrasos, las tormentas, los momentos de apuro frente a Novak Djokovic, incluso los 1,3 millones de euros de bolsa del premio¿ Todo se perderá como lágrimas en la lluvia. Y en la memoria, en los anales del deporte, quedará el triunfo, la última gesta de un muchacho de escasos 24 años que hace tiempo grabó ya su nombre en la historia del tenis y esta madrugada (hora española), en su primera aparición en una final del Abierto de Estados Unidos, ha vuelto a golpear con su raqueta y sobre la superficie dura el cincel que hace aún más profunda e imperecedera esa firma.

Rafael Nadal es ya campeón en Nueva York, pese al intento por evitarlo del serbio (el único que le ha robado un set en los últimos 15 días). Logró imponerse en un partido ya retrasado un día por la lluvia y ayer también paralizado durante casi dos horas horas. Y con un marcador 6-4, 5-7, 6-4, 6-2, zanjó un encuentro donde se jugaba más que un título.

Se lo había recordado antes de salir a la pista en un encuentro en la sala de jugadores John McEnroe, el anterior zurdo en imponerse en el Abierto, allá por 1984. "La historia te espera", le ha dicho. Nadal ha cumplido con la cita.

Entre los siete mejores

Cinco veces campeón en Roland Garros, dos en Wimbledon y una en Australia, el número uno del mundo ha conquistado el último grande que le faltaba en el Arthur Ashe, coronándose con la primera bola de partido de que ha dispuesto, tras tres horas y 43 minutos de juego.

Se ha tumbado entonces en la pista azul, el cuerpo contra el suelo, la cabeza entre los brazos. La emoción de su tío Toni era evidente pese a la larga sombra de la visera de su gorra. Los Duques de Palma le aplaudían en pie. Y Djokovic cruzaba la red para abrazarle en persona. "Estoy seguro de que lo vas a ganar muy pronto", le decía luego Nadal. Pero, de momento, el trofeo era suyo. Podía pegarle el ansiado y ya clásico mordisco.

Nadal ha sumado su nombre así al de otros seis jugadores que lo lograron antes. Ninguno de los que lo consiguieron en la era Open era más joven que él. Es, además, su tercer grande consecutivo, otra marca antes solo alcanzada por Rod Laver, Pete Sampras y Roger Federer.

La final deseada que no ha llegado

Era justamente una final con el suizo la que habían esperado organizadores y muchos admiradores de una rivalidad que tanto Nadal como Federer han hecho de ensueño. Y aunque Djokovic rompió esas aspiraciones, sigue vivo el duelo entre el número uno y el que hoy despertará en el tres tras haber cedido un puesto ante el serbio.

A sus 29 años, Federer tiene 16 grandes en su palmarés, 10 de los cuales los ha ganado desde los 24 años. Y esa es la edad que tiene ahora Nadal, que ya lleva nueve acumulados.

El cielo es el límite si Nadal sigue como se ha mostrado las dos últimas semanas en Nueva York: en perfecto estado físico, con férrea concentración, sacando a velocidades hasta no hace mucho inéditas para él y abriendo su servicio a zonas también antes vírgenes para su servicio.

Un año para no olvidar

No extraña que hasta Djokovic le definiera antes de su encuentro como "el mejor del mundo este año, y de lejos".

Ha sido el año en que, con el triunfo en Madrid, se convirtió en el campeón de todos los tiempos del Masters 1000 de la ATP con ese decimoctavo título. También, el año en que ha ganado su sexto Monte Carlo consecutivo. Y el 2010 es también cuando ha entrado en la historia como primer jugador que gana los tres Masters 1000 en tierra y Roland Garros en el mismo año.

Pero, sobre todo, este es el año de la noche de ayer, del triunfo en Nueva York. Hoy, posará con su copa en Times Square. Antes de hacerlo hará ronda por las televisiones y después más prensa y un acto de Nike. A las cinco le espera un avión. El campeón vuelve a casa y puede descansar. En su maleta lleva otro pedazo de historia. No le pesa.