El Rat Penat pone los pelos de punta al pelotón de la Vuelta

«¡Nos hemos equivocado!». Frenazo y pie a tierra. El conjunto del Caisse d'Epargne creyó ayer que se habían confundido de carretera al reconocer el Rat Penat. La cima del Garraf, que se asciende hoy en la primera de las tres etapas catalanas de la Vuelta 2010, atemorizó ayer a la mayoría de equipos, que aprovecharon la jornada de reposo para acercarse desde Tarragona y percatarse tanto de la dureza del ascenso como del sinuoso descenso que conduce a Vilanova. Los comentarios recogidos en Tarragona solo giraban en un sentido. El perfil de la etapa dibujado en el libro de ruta y en la página web de la Vuelta dista mucho de la realidad con la que ayer se encontraron los corredores, convencidos de que la jornada de hoy, lejos de ser una etapa llana como se la describe oficialmente, puede convertirse en una de las más decisivas de la prueba.

«Es un puerto durísimo --explicó ayer, en exclusiva para EL PERIÓDICO, Joaquim Purito Rodríguez, segundo clasificado de la general y aspirante a la victoria final-. Es imprescindible afrontarlo bien colocado porque ya en el primer kilómetro te encuentras rampas que llegan al 20%. Será un ascenso muy complicado para el pelotón, aunque se trate de un puerto corto. La bajada también será decisiva, porque hay que ir con mucha precaución en algunas curvas. No es un descenso propiamente dicho ya que hasta Sant Pere de Ribes hay continuos repechos; uno de ellos, bestial, se encuentra en un tramo de cemento».

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