TROFEO JOAN GAMPER

El Barça se impone al Milan en la tanda de penaltis (3-1)

MARCOS LÓPEZ

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El Barça ha ganado hoy el Trofeo Joan Gamper después de imponerse ante el Milan en la tanda de penaltis por 3 goles a 1. Un gol de Inzaghi (minuto 22 de la segunda parte) había permitido al conjunto italiano empatar el encuentro. El Barça se había adelantado en el marcador gracias a un tanto de Villa en el primer  minuto de la segunda parte. Es el primer gol del asturiano con la camiseta azulgrana. El portero José Manuel Pinto ha sido uno de los protagonistas del encuentro, ya que ha parado tres penaltis.

El encuentro ha tenido una floja primera parte. El Barça, con Iniesta y un sorprendente Maxwell en el centro del campo, ambos arropados por el joven Jonathan, han intentado marcar las diferencias, pero el ritmo lento del juego milanista se lo ha impedido. Los italianos han protagonizado un par de veloces contragolpes pero se han topado con el buen hacer de Pinto.

Al Barcelona le ha costado mucho construir juego y acercarse con relativo peligro delante, donde Ibrahimovic ha regresado a la titularidad con algunas acciones de mérito.

Tras el descanso, el Barça ha metido en el campo a Thiago, Alves y a Bojan, suficiente para dar otro punto de velocidad al balón y ejercer mayor control en el partido. En la primera acción de este periodo, un arranque de Adriano por la izquierda con recorte al lateral y centro medido ha acabado con la anticipación de Villa al meta Roma.

El Milan ha encontrado en el movimiento del banquillo la entrada de jugadores no solo más frescos sino que se han conectado más a un partido en el que parecía que habían venido de paseo. En un pase sensacional del Seedorf, el italiano Inzaghi ha marcado un sensacional gol ante el que nada ha podido hacer Pinto (1-1), ya que la pelota entró por la escuadra.

Homenaje al brasileño

Antes del inicio del partido, cuando el Milan ha salido a calentar, el Camp Nou ha enloquecido. Había un hombre vestido de blanco que se llevaba su mano derecha al corazón. Estaba emocionado. Terriblemente emocionado. Como todo el estadio. Era Ronaldinho, el jugador que activó el círculo virtuoso en el 2003. El chico que revolucionó la historia moderna del barcelonismo. Dio la vuelta al campo saludando al público, entregándose a su gente. "Esta es mi casa, como en el Camp Nou no he estado en ningún otro sitio", había dicho la estrella brasileña antes de abrir la puerta de su antigua casa.

Ronaldinho ha dado esa vuelta conmovido por el recibimiento de la afición, que no dejaba de corear su nombre. Después, una vez concluido el calentamiento, ha sido el último en colarse en el vestuario. No quedaba nadie en el césped. Solo él y su emoción, despidiéndose como había entrado. Con la mano derecha golpeando agitadamente su corazón. Y antes de empezar el partido, el Camp Nou se ha puesto en pie. Sus excompañeros, también. Han realizado un pasillo para rendir homenaje al futbolista que devolvió la sonrisa al culé. Pancartas de agradecimiento cuelgan de las gradas del estadio. En todas las esquinas se adivina un mensaje paraRonnie, mientras el público hacía la ola de forma festiva antes incluso de que salieran los dos equipos para iniciar el trofeo Joan Gamper.

"Gratitud eterna"

Todo estaba destinado para la llegada del "hombre que nos devolvió la sonrisa, del hombre que nos trajo la magia, al que debemos una gratitud eterna", según recordó Manel Vic, el locutor del Camp Nou. Estaban todos los jugadores en el campo mientras los videomarcadores difundían las obras maestras de Ronaldinho, su primer gol al Sevilla, su punterazo en Stamford Bridge, su golazo al Milan precisamente en el estadio azulgrana en un partido de Champions acabando con un "moltes gràcies, Ronaldinho".

Y ha salido él, haciendo su característico gesto surfero. Con el 80 del Milán, el año de su nacimiento, en la espalda de la camiseta y abrumado por lo que vivió. Un estadio, un club, una ciudad entregada, de nuevo, a él. El Camp Nou coreando otra vez su nombre. Y hasta se hizo la foto con el Barça, como si fuera uno más. Con los niños, con el equipo titular. Hasta que el abrazo final con Puyol certificó el homenaje.