Los detalles de la final

Orgullosos de la 'senyera'

Abanderados 8 Puyol y Xavi bajan del avión en Barajas con la senyera.

Abanderados 8 Puyol y Xavi bajan del avión en Barajas con la senyera.

MARCOS LÓPEZ
JOHANNESBURGO / ENVIADO ESPECIAL

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De pronto, no se sabe bien de dónde, salió lasenyera. Hasta el domingo por la noche, ni rastro de ella en Suráfrica. Pero acabó la final y no se sabe quién la sacó, pero esa bandera catalana se esparció por el césped del Soccer City manteada por dos jugadores que habían hollado el Everest del fútbol mundial. No se sabe si fue Puyol o Xavi. Poco importa quién la sacara con tanto orgullo y la besara ante los ojos del mundo en otra muestra más de la naturalidad que ha presidido el día a día de España. De la España de Vicente. El técnico que ha tolerado todo, pero desde el más absoluto sentido de la responsabilidad.

A Xavi y Puyol, poco importa el orden, se les vio besar lasenyera, enseñarla a 750 millones de espectadores (audiencia estimada de la final) de todo el mundo para mostrar que hay un pequeño país en la esquina noreste de la península. Xavi es del cinturón metropolitano de Barcelona. Nació y vive en Terrassa, sin perder de vista sus raíces. Puyol procede de la Catalunya más profunda, de La Pobla de Segur (Lleida). Pero a ambos les unía esasenyera que lucían orgullosos por un moderno templo del fútbol construido al sur del continente negro. A Piqué, envuelto en lágrimas –lloró como un niño, sin consuelo, sin fin–, se le perdió entre la marabunta de jugadores, fotógrafos y voluntarios que seguían una copa dorada por el césped.

Busquets, entretanto, con los colores de Badia del Vallès –«mi pueblo siempre está presente», dijo orgulloso– iba de aquí para allá, mientras Navas y Ramos, andaluces de tronío, se fotografiaban con la bandera de su comunidad y Pedro y Silva exhibían ufanos la de Canarias. Casillas, con la española, encarnaba e13l otro mundo. Tan juntos en la búsqueda de un objetivo común –la gloria– y tan respetuosos en sus diversas creencias.

Así fue la modélica España de Vicente. Mientras el técnico hablaba de los valores que defendió esta selección, dentro y fuera, Xavi y Puyol corrían por la zona mixta del Soccer City gritando «¡campeones, campeones!». Aún iban vestidos de futbolistas. Con el escudo de España en el corazón, una estrella dorada reluciendo encima y lasenyeracolgando del cuello de Xavi. Y ahí seguía ayer al bajar del avión. Juegan para España, pero presumen de ser lo que son: catalanes.