La edad del oro del deporte español

Estos son sus poderes

La conquista del Mundial consagra a la mejor generación española de deportistas

Estos son sus poderes FERNANDO ALONSO BICAMPEÓN DE F-1 OVIEDO, 1981. ALBERTO CONTADOR CICLISTA PINTO, 1982. GanaDOR de DOS TOURS, UN GIRO Y UNA VUELTA  RAFAEL NADAL TENISTA.  MANACOR, 1986. NÚMERO UNO DEL MUNDO Y GANADOR DE 8 GRAND SLAMS. pau gasol J

Estos son sus poderes FERNANDO ALONSO BICAMPEÓN DE F-1 OVIEDO, 1981. ALBERTO CONTADOR CICLISTA PINTO, 1982. GanaDOR de DOS TOURS, UN GIRO Y UNA VUELTA RAFAEL NADAL TENISTA. MANACOR, 1986. NÚMERO UNO DEL MUNDO Y GANADOR DE 8 GRAND SLAMS. pau gasol J

EMILIO PÉREZ DE ROZAS
BARCELONA

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Cuando la reina Sofía entró aplaudiendo el comportamiento de la selección española ante la poderosa Alemania (41 medallas olímpicas en Pekín-2008, por solo 18 de España) y gritando «¡maravilloso, maravilloso!», ¿se refería únicamente a esa sensacional victoria, preludio del inmenso triunfo de anoche? Se refería, sí, solo a esa gesta. Si hubiese sido el rey Juan Carlos y, sin duda, si los que hubiesen entrado hubieran sido el príncipe Felipe y Letizia, seguro que ellos sí que hubiesen hecho extensivo ese «maravilloso» a la generación de deportistas que han convertido, ahora sí, a la minusvalorada España en una de las tres locomotoras deportivas, no solo de la vieja Europa, sino del mundo entero.

«Estos jóvenes –le explicaba la otra noche la vicepresidente María Teresa Fernández de la Vega a Iñaki Gabilondo–son el resultado de nuestra sociedad, el modelo y ejemplo de la España que se esfuerza y vive con espíritu de superación y humildad». Era, más o menos, lo mismo que sujefe, José Luis Rodríguez Zapatero, había comentado semanas antes, después de que uno de losmonstruosde la nueva era, Pau Gasol, conquistase su segundo anillo de la NBA. «Pau

–dijo el presidente baloncestista– es uno de los símbolos más importantes de la fortaleza, talento y capacidad de esfuerzo de nuestro país, algo que es muy apreciado en todo el mundo».

El triunfo de anoche de la selección española acaba convirtiendo en coral algo que parecía individual. La coronación del equipo de fútbol, que acaba de sumar el título planetario a su cetro continental, entierra ya la época de pan negro y dictadura donde, entonces sí, las proezas deportivas a nivel mundial corrían a cargo de tipos especiales como Federico Martín Bahamontes, Ángel Nieto, Manolo Santana o Severiano Ballesteros. El podio de entonces se ha ampliado hasta dominar buena parte de las disciplinas pues a la selección, Barça o Real Madrid, a Fernando Alonso, Alberto Contador, Rafa Nadal, Jorge Lorenzo o el propio Gasol, hay que sumar cuatro títulos de Copa Davis, un racimo de medallas de Gemma Mengual y sus chicas acuáticas, el Mundial de balonmano, el dominio del Barça de básquet y las escenas prodigiosas creadas por laBombaNavarro o Ricky Rubio e, incluso, sí, esa lista de 14ochomilesde Edurne Pasaban. Y hay más.

Basta con hablar con el pícaro Bahamontes, que alcanzó la cima con el mecenazgo de más de un catalán rico y generoso. «El cambio del deporte español ha sido brutal», explica el ganador del Tour de Francia de 1959. «No solo por parte de las autoridades y administraciones, que entendieron en su día lo importante que es el deporte para todo, sino, fundamentalmente, en la implicación de los patrocinadores, que cuidan a los deportistas como si fuese la mujer de uno». ElÁguila de Toledoseñala: «Ahora se gana mucho más dinero y puede que sacrificarse sea menos duro. Todo es distinto, todo es mejor. La alimentación, la preparación, las competiciones, los materiales... otro mundo. ¡Pero si ahora hasta los llevan en helicóptero para que no pasen calor!». Eso sí, Bahamontes reconoce que «aun y con eso, hace falta que salgan fenómenos como los que tenemos ahora. ¡Pero si ya somos los mejores hasta en fútbol!».

La sensación de que nada ha sido casual es muy extendida, aunque no todo el mundo sabe encontrar una explicación a esteboom, que parece más encaminado a brillar en deportes profesionales y queda minusvalorado en los JJOO. No hay duda de que factores como la falta de un deporte escolar fuerte, ya no digamos un deporte universitario decente, pues ni existe, hacen que toda la atención se centre, no solo en las inversiones de la Administración y las múltiples instalaciones deportivas que salpican España o lo planes ADO de ayuda a los deportistas, sino en el desarrollo del deporte profesional y, muy especialmente, esencialmente en lugares como Catalunya, en el arduo y extraordinario trabajo de los clubs deportivos, entidades que llegan allí donde no llegan las federaciones deportivas.

Rafa Nadal, anoche testigo directo del éxito de la selección española junto a su amigo Pau Gasol, reconocía, en unas recientes declaraciones al diario italianaLa Stampa, de Turín, que «el deporte español está acaparando grandes éxitos a lo largo de los últimos años, éxitos realmente increíbles y que se debe, no solo al esfuerzo invidual, sino también a la buena organización de todos esos deportes». Es evidente que el número uno del tenis mundial, recientemente ganador de Roland Garros y Wimbledon, se niega a hablar de suerte. Es más, recuerdan simpáticamente la frase que un día le oyó decir a Luis Aragonés cuando era técnico del Mallorca: «No sé qué ocurre que, cuanto más trabajo, más suerte tengo».

UN EJEMPLO PARA LA SOCIEDAD / «No solo le doy vueltas al éxito de mi amigo Pau Gasol», añade Nadal, «ahora ya con dos anillos de la NBA y, para mí, el mejor de todos nosotros porque ha sido pionero en algo que muy pocos creíamos que se podía conseguir, arrollar en la NBA, conquistar un anillo, también pienso en Fernando Alonso, en Alberto Contador y en mi vecino Jorge Lorenzo o Dani Pedrosa. Una cosa tengo clara: debemos ser conscientes de que estamos viviendo el mejor momento de la historia del deporte español y que va a ser muy difícil mantener el listón tan alto». No deja de ser curioso que, en esa misma entrevista, Nadal hable de Gasol como el resto del mundo habla de él: «Pau es un ejemplo para nuestra sociedad, al ser un modelo de superación y de sana ambición al esforzarse y sacrificarse a tope para lograr lo que se propone».

Es ahora, sí, cuando en muchos oídos resuenan las palabras pronunciadas por David Villa en aquella orgía de felicidad, que se repitió anoche en todas las ciudades de España y seguirá hoy en la fiesta de Madrid, cuando celebraron la conquista de la Eurocopa-2008 de fútbol: «Somos los mejores en todo: en F-1,

en básquet, en motos, en canicas y en peonzas». Uno de esos buenos, buenos, de verdad, incluso bicampeón del mundo de algo que, ni por asomo, imaginábamos conquistaríamos algún día, Fernando Alonso, comentó, el jueves en Silverstone: «El periodo que estamos viviendo es fantástico y no es una coincidencia, sino el fruto de una generación de deportistas extraordinarios, que han crecido en un país que, en los últimos años, ha cambiado muchísimo».

El cambio, según el bicampeón del mundo de F-1, empezó a finales de los 80. «En el siguiente decenio

–relata el asturiano de Ferrari– crecimos de forma increíble, espectacular. Basta visitar cualquier pueblo de España y ver la cantidad de instalaciones públicas que hay para disfrute, no solo de la gente, sino también de los deportistas que quieren prepararse para alcanzar sus metas».

A LA ALTURA DEL PAÍS / El estallido, compartido por la felicidad de muchos («ojalá, gracias a nosotros, a nuestro esfuerzo, a nuestro fútbol, a nuestros triunfos, haya podido desconectar de sus problemas cotidianos, de la crisis, de la angustia que viven muchos, ojalá que sí», dijo el viernes David Villa), ha hecho que hasta Vicente del Bosque reconozca: «Teníamos ganas de ponernos, con la conquista del Mundial, a la altura del país y de la sociedad que representamos y también, sí, de los otros grandes deportistas españoles que habían logrado éxitos mundiales antes que nosotros.

Como reconoció anoche Jorge Lorenzo, nada más concluir la conquista de la Copa del Mundo, «tenemos altura (Gasol), fuerza (Nadal), resistencia (Contador), precisión (Alonso) y, desde anoche, gol. Somos, posiblemente, una de las mejores generaciones de todos los tiempos y lo que debemos hacer es disfrutarla, compartirla, ser felices».