Suráfrica 2010

Entre Cruyff y Pep

Piña azulgrana 8 Xavi, Iniesta, Piqué, Pedro y Busquets abrazan a Puyol, tras el gol ante Alemania.

Piña azulgrana 8 Xavi, Iniesta, Piqué, Pedro y Busquets abrazan a Puyol, tras el gol ante Alemania.

DAVID TORRAS
BARCELONA

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Al final del partido ante Alemania, en medio del ambiente de euforia y de la locura que se vivía en los vestuarios y en la zona mixta del estadio, un periodista argentino conversaba con el enviado especial de este diario Marcos López, y entre muestras de admiración por el juego de España le soltó:«Este es el octavo título de Pep. Es el Barça». No es el Barça, pero es el que más se le parece. Normal. Juegan seis purasangre culés más Villa. Ganar el Mundial no sería un título que habría que sumar a los siete que ya lleva Guardiola. Le corresponderá a Del Bosque. Pero el sello azulgrana y que Busquets y Pedro tengan el papel que tienen en Suráfrica sí que es obra de Pep. Y de nadie más.

Por Suráfrica también anda Michael Robinson, comentarista de Canal+, quien en uno de los reportajes dedicados a una figura excepcional lanzó esta reflexión:«Tengo la sensación de que si tú no hubieras pasado por aquí, España nunca habría ganado la Eurocopa porque eres el padre de esta idea». Ese personaje era Johan Cruyff, la fuente de inspiración de Guardiola y un referente permanente para el mundo del fútbol. Sus opiniones en EL PERIÓDICO se reproducen y se leen en todos los rincones, aunque curiosamente aquí haya quien se esfuerce en ignorarlas.

Tras la derrota ante Suiza, fue uno de los que mantuvo la confianza en el papel de favorito de España. Igual que hizo después de que Guardiola perdiera en Soria y empatara ante el Racing en su debut, en los tiempos en que algunos se referían al técnico como «el becario». Ahora, el Barça de Guardiola es el espejo en el que se miran los grandes equipos. Desde Joachim Löw, el técnico que acaba de sufrir la tortura del triángulo Busquets-Xavi-Iniesta y que confesó su admiración por el estilo azulgrana, hasta quien se enfrenta ahora a ese delicado reto y que también mira con admiración al Camp Nou: Van Marwijk. Es el mundo al revés. Alemania y Holanda darían cualquier cosa por parecerse al Bar-

ça. Ninguna selección tiene una influencia tan grande de un solo equipo, un sello tan marcado, tan reconocible, como la de España con el Barça. Alemania, por ejemplo, jugó con solo tres titulares del Bayern de Múnich, y Holanda es la dispersión total, con solo dos jugadores del Ajax y dos del Bayern en el once.

Para dar al equipo un perfil distinto en ataque, Del Bosque eligió la misma pieza que elegiría siempre Guardiola: Pedro. Cuando Pep se enteró de que el chico que parecía condenado a morir en Tercera y que él puso por delante de Henry era titular, supo que España tenía medio partido ganado. O el partido entero. Y mucho más ayudado por quien se ha convertido en una de las sensaciones del Mundial. Cuentan que en la selección cada día son más los que a la hora de elegir a su jugador preferido sueltan el mismo nombre: Busquets.

Así que entre Cruyff y Guardiola, y entre Luis y Del Bosque, han cambiado la furia por el toque, y han convertido La Roja en el equipo que más se identifica con el Barça. Por eso engancha.