Un estudio determina que las personas que practican sado son mentalmente más equilibradas

El informe publicado en 'The Journal of Sexual Medicine' revela que son "menos neuróticos" y menos sensibles a las críticas de los demás

Ejemplo de un látigo y un collar de los que se usan para prácticas sadomasoquistas.

Ejemplo de un látigo y un collar de los que se usan para prácticas sadomasoquistas. / periodico

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Las prácticas BDSM (por las siglas de bondage --atamientos 'éróticos'--, dominación, sadismo y masoquismo) están de moda, sobre todo tras el éxito de la trilogía sexual de Grey, en la que el protagonista de la obra, Christian Grey, es caracterizado como dominante y manipulador, sexualmente hablando.

Ahora, un estudio publicado en 'The Journal of Sexual Medicine' por <strong>Andreas Wismeijer</strong> y <strong>Marcel van Assen</strong> revela que las personas que practican BDSM son "menos neuróticas, más extrovertidas y más abiertas a nuevas experiencias", además de que les importa menos sufrir el rechazo de los demás, es decir, que les preocupan menos las críticas del resto de la gente. En definitiva: en contra de lo que comunmente está extendido, son mentalmente más equilibrados que la gente que no lo practica.

Wismeijer y Van Assen cogieron para su estudio a 902 personas que practicaban BDMS y a 434 que no. Todos respondieron a preguntas sobre su personalidad o la forma en que afrontaban el rechazo, además de otras sobre su estilo de vida o su estado de salud. Además, a ninguno de ellos se le dijo de qué trataba el estudio; simplemente, sabían que era un estudio psicológico.

Cuanto más dominador, mejor

Pero las conclusiones del estudio son más sorprendentes, si cabe. Según el informe, cuanto más dominante sea la persona a la hora de practicar BDSM, menos neurótica será en su comportamiento habitual. El dominador es el que recibió mayor puntuación, seguido del interruptor --el que a veces es dominador y otras, dominado--. En tercer lugar, quedó el que practica BDSM de forma sumisa, y finalmente el que no practica este tipo de relaciones sexuales.

Los investigadores concluyen que la forma en que las personas expresamos nuestros deseos sexuales incide en nuestra forma de relacionarnos afectivamente con los demás, por lo que hacerlo de forma abierta y natural nos proporciona un mayor grado de equilibrio emocional.