EXPOSICIÓN DE ARTE

CaixaForum saca a la luz los tesoros ocultos de Arabia Saudí

La muestra reúne 300 piezas arqueológicas que relatan la historia de la península

En primer plano, el torso de una de las estatuas de los reyes lihyanís, al fondo dos de las colosales piezas enteras.

En primer plano, el torso de una de las estatuas de los reyes lihyanís, al fondo dos de las colosales piezas enteras.

NATÀLIA FARRÉ
BARCELONA

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ciudades fortificadas, templos, esculturas monumentales, palacios decorados con frescos, vajillas de plata y joyas preciosas como ajuar mortuorio. Piezas de influencia mesopotámica, persa y helena, de los valles del Indo, del Nilo y de la cultura nabatea. Todo esto se escondía debajo del desierto de la península Arábiga hasta que, hace cuatro décadas, las autoridades del país empezaron una campaña de excavaciones arqueológicas por todo el territorio. Durante este periodo se han localizado más de 10.000 yacimientos y se han rescatado incontables piezas, 300 de las cuales, las más significativas, han salido por primera vez de los museos saudís en forma de exposición:Rutas de Arabia. Tesoros arqueológicos del Reino de Arabia Saudí. La muestra, inaugurada ayer por el Príncipe de Asturias, podrá verse en CaixaForum hasta el 6 de febrero.

La colección «tiene como objetivo enseñar al mundo qué es Arabia Saudí a través de su tradición. Una tierra que siempre ha estado abierta al diálogo cultural y a la actividad comercial entre oriente y occidente», según Ali Ibrahim Al-Ghabban, uno de los comisarios de la muestra. Para ello, la exposición toma como hilo conductor las rutas de caravanas de la antigüedad que cruzaban el territorio con cargamentos de incienso y materiales preciosos, y las posteriores vías de peregrinación a las ciudades santas: Medina y La Meca. Y paso a paso va deshilando la historia de la península, que es la historia de todas las civilizaciones que la han cruzado, desde el neolítico hasta la fundación del actual reino de Arabia Saudí. «Una historia llena de intercambios e influencias culturales», según Carine Juvin, comisaria de la exposición por parte del Louvre, museo coorganizador.

La primera parada obligada del recorrido son unas estelas antropomorfas de hace 6.000 años. «Son muy antiguas pero parecen modernas», apunta Juvin. Al-Ghabban va más lejos: «recuerdan a de Picasso». Y a la escultura egipcia remiten las estatuas colosales -miden más de dos metros de altura- que representan a los soberanos lihyanís del reino de Dedan. «No tienen comparación», según Juvin. Aunque enRutas de Arabia solo se exponen tres, en total se han localizado 10, todas destrozadas. La hipótesis de las fracturas apunta a que el nombramiento de un nuevo monarca comportaba la destrucción de su predecesor.

LA MECA / «Espectacular» y «única» son los adjetivos que Juvin utiliza para la puerta de plata y oro de la Kaaba de La Meca. El portón, cuya procedencia -Turquía, Egipto, Siria o Yemen- no está clara, estuvo en su emplazamiento original desde el siglo XVII hasta el XX. Y de la ciudad santa también proviene otra joya de la muestra: el conjunto de lápidas, un testimonio del crisol de poblaciones reunidas alrededor del primer santuario del Islam. Aunque para joyas, las de la tumba de la princesa de Zall: oro, rubís, perlas y turquesas de ascendencia helenística.