EXPOSICIÓN

El Prado invita a redescubrir el genio y la fuerza de Rubens

Una visitante observa 'Las tres gracias', de Rubens, en el Prado.

Una visitante observa 'Las tres gracias', de Rubens, en el Prado.

OLGA PEREDA
MADRID

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¿Rubens? «No es mi estilo». «Bonito, pero nada más». «Me gustan los pintores más modernos». Estas frases están recogidas a pie de calle, en la entrada del Museo del Prado. Los visitantes, de varias nacionalidades, respondían una pregunta sobre el maestro flamenco. Dado que las respuestas no fueron muy exquisitas, la pinacoteca decidió invitar al público a redescubrir el genio y la fuerza de Pedro Pablo Rubens (1577-1640), el pintor más admirado de su época. El resultado es una exposición apabullante que permanecerá abierta hasta enero y que demuestra que Rubens fue mucho más que el padre de Las tres gracias.

En esta ocasión, no ha habido préstamos de pinacotecas extranjeras. El Prado ha «sacado pecho» para mostrar los 90rubensque atesora en sus fondos y que normalmente se muestran al público repartidos en diferentes departamentos. Todas las obras (algunas llevaban una década sin salir a la luz) están ahora colocadas en dos salas bajo un único criterio: la sucesión cronológica.

DIFÍCIL DE DEFINIR / No hay espacios destacados para los cuadros más relevantes, no hay explicaciones adjuntas a los cuadros, no hay mucha separación entre obra y obra. Todo ello hace que la exposición sea «diferente y difícil de definir. ¿Almacén visitable? ¿Retrospectiva?», subraya el director del museo, Miguel Zugaza. «Normalmente -continúa- los museos ubicamos las obras de tal manera que dejamos claro a nuestros visitantes en qué deben fijar la atención. Aquí no. Aquí, será el público el que decida qué es más relevante. Los visitantes estarán cara a cara frente a los 90 cuadros. Estarán solos ante Rubens».

La exposición deja clara, eso sí, la diferencia entre los dos Rubens, el primero (al menos, en tiempo) y el más maduro. «Al principio, Rubens es un pintor casi escultórico. Es muy contundente, algo que aprendió de Miguel Ángel», explica el jefe de Conservación de Pintura Flamenca, Alejandro Vergara. «Con el tiempo -añade-, se olvida de la rotundidad y apuesta por lo poético» .

Con obras como Lucha de san Jorgey el dragónoNinfas y sátiros, los organizadores de la muestra invitan al público a descubrir cosas nuevas del pintor favorito de Felipe IV. Por ejemplo, destaca Vergara, que era «un coreógrafo» dada su atención al movimiento, que era «muy musical» a la hora de componer sus obras y, sobre todo, que era un pintor que tocaba «los grandes temas de la vida».

DOCUMENTAL / Otra cosa que hace que la de Rubens sea una exposición diferente es que está acompañada por la edición de un DVD que repasa la carrera artística del pintor. TituladoRubens, el espectáculo de la vida y dirigido por Miguel Ángel Trujillo, el documental incluye intervenciones de personalidades ajenas a la historia del arte, como el coreógrafo y bailaor Israel Galván (premio nacional de Danza en el 2005) y la diseñadora de vestuario Yvonne Blake (ganadora de cuatro premios Goya).