El libro de la semana

¡Que viene el lobo!

Lobos y corderos, republicanos y fascistas, maestros y analfabetos, títeres y asesinos... Con aire aventurero, creatividad desbordante y una ambientación histórica tan ejemplar como preñada de leyendas, cultura popular y hallazgos verbales, Javier Pérez Andújar demuestra en 'Todo lo que se llevó el diablo' que el aplaudido debut de 'Los príncipes valientes' no era fruto del azar.

Pérez Andújar se consagra con un fabuloso retrato de las Misiones Pedagógicas de la República

Fernando Fernán Gómez encarnó en el cine al maestro republicano de la novela 'La lengua de las mariposas'.

Fernando Fernán Gómez encarnó en el cine al maestro republicano de la novela 'La lengua de las mariposas'.

RICARD Ruiz Garzón

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A Javier Pérez Andújar (Sant Adrià de Besòs, 1965) le han bastado dos novelas, y la segunda es esta,Todo lo que se llevó el diablo, para convertirse en un narrador imprescindible, uno de los mejores, más certeros y genuinos de su generación. Era ya, antes de su debut novelístico en el 2007, un comentarista de culto, un ensayistaoutsidery un infatigable divulgador de cultura popular, capaz de unir a Dostoievsky y Superman y hacerlo además sin renunciar a la excelencia. Apareció entoncesLos príncipes valientes, un deslumbrante ejercicio de memoria íntima, histórica y cultural tan asentado en el vuelo metafórico de un soñador sin prejuicios como en la persistente depuración del afán notarial con que Pérez Andújar metaboliza sus aficiones.

BRILLANTEZ / Quienes tomaron nota de hasta qué punto nació enLos príncipes valientesuna voz narrativa de primera quedarán gratamente sorprendidos al descubrir queTodo lo que se llevó el diabloes algo más que un nuevo paso en la ascensión del barcelonés. Este fabuloso retrato de las Misiones Pedagógicas de la República, las impulsadas por Cossío entre 1931 y 1936, está tan cargado de personajes, escenas y mixtificaciones memorables, combina con tal brillantez la documentación y la creatividad, yuxtapone hasta tal punto la historia, la política, el humor, el estilo y la aventura que supone la consagración de su autor hasta límites difíciles de calibrar. A partir de dos marcos temporales, el de 1935 y el actual, y dos subtramas principales, una centrada en un grupo de maestros que pretende ilustrar al pueblo en la zamorana Sierra de la Culebra y la otra en la peripecia de un joven lobero en busca de un extraviado tío anarquista, Pérez Andújar cincela una narración tan abrumadora en sus hitos como emocionante en su devenir.

Igual que el Antonio Orejudo deFabulosas narraciones por historiaspero 15 años después, con la fuerza del Manuel Rivas deLa lengua de las mariposaspero meses antes, el Pérez Andújar deTodo lo que se llevó el diablose sirve de la historia para jugar, para provocar incluso, para atacar al lector en sus más hondas raíces ideológicas. Junto a decenas de personajes reales como Azaña, Luis Bello, García Lorca, María Zambrano o Luis Cernuda, por ejemplo, desgrana la historia de Leandro Arcos Paulín, chófer en las Misiones, luego autor de cómic olvidado en Bruselas, protagonista en la sombra. El lector deberá investigar qué hay de real en su misteriosa biografía, o si lo hay (por mucha verdad que contenga).

Y mientras, entre loberos y alusiones a Hobbes y a Rousseau, entre inagotables metáforas animales y romances como el de la loba parda, la novela indaga con maestría en la naturaleza de la identidad española, en los choques que llevaron a la guerra, en asuntos tan esenciales como el del valor de la cultura frente a la acción política. Todo, además, lo reviste el autor con innumerables alusiones marca de la casa a Julio Verne, Tintín, Fu Manchú, Bruguera, las canciones, el teatro, los títeres, el cine, los tebeos, las novelitas de quiosco. Solo falta advertir que cada dos o tres páginas salta la liebre de una genialidad verbal (como la del personaje que aclara que el corazón es rojo porque la cabeza es dictadora) para comprender que es esta una novela inagotable, fulgurante, imperecedera. Con lobos tan salvajemente dotados como Pérez Andújar, tan enemigos del borreguismo como defensores del rebaño menos dogmatizado, la narrativa española tiene leyenda para rato.