TRAS SU DESTITUCIÓN

Guardans dice que la industria del cine controla el Ministerio de Cultura

El exdirector general del sector niega haber ido nunca "por libre" y asegura que siempre consultaba con González-Sinde

ERNEST ALÓS / Barcelona

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Ignasi Guardans, director general del Instituto de Cinematografía y Artes Audiovisuales hasta el pasado viernes, atribuye su cese a una "pérdida de confianza" de la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, pero también a las presiones de un sector de los productores españoles de cine. En su primera entrevista tras haber sido relevado, que EL PERIÓDICO publicará mañana, Guardans niega haber ido nunca "por libre" y asegura que todas sus decisiones fueron siempre consultadas previamente con la ministra, que en su opinión solo discrepó de ellas porque "quizá hubiese preferido que algunas cosas se hubiesen hecho con otro estilo".

En su despedida, tras 18 meses en el cargo, Guardans critica a parte del sector del cine y su influencia sobre el Ministerio de Cultura, del que depende económicamente. "El director general del cine está permanentemente vigilado por los propios beneficiarios de la industria, que acaban decidiendo, como se acaba de demostrar, quién conviene que esté allí y quién no conviene que esté allí". Guardans defiende las ayudas públicas al cine "pero con transparencia, con control y a quien cumpla los requisitos para tenerlas". "Por haber verificado eso y haber exigido que eso fuera así han venido algunos de mis disgustos", señala. Frente a este conflicto, las quejas de los productores afectados, lamenta Guardans, tienen un impacto muy directo sobre la ministra de Cultura. " El móvil de la ministra solo lo tiene la gente del cine", explica.

Según Guardans,"el cine se encuentra en España y fuera de España, pero de una forma más dramática en España, en un proceso de reconversión industrial brutal, que a escala es como el de la siderurgia o el carbón. Evidentemente hay que tomar decisiones y eso se puede hacer de una forma más suave o menos suave, pero es muy difícil decirle a una empresa que le quitas una subvención de 200.000 euros, o incluso comunicarle de parte de Hacienda que devuelva 300.000 euros más intereses, o que le pongas una multa, y a la vez hacerlo pasándole la mano por la espalda y con una gran sonrisa. Si alguien lo sabe hacer, yo estaré encantado de que me enseñe".