EXPOSICIÓN

El Picasso revela la admiración que el artista sentía por Degas

El museo del pintor en Barcelona evidencia el influjo que ejerció el francés sobre él

Arriba, a la izquierda, 'La absenta', de Degas.A la derecha, 'Retrato de Sebastià Junyer i Vidal', de Picasso.

Arriba, a la izquierda, 'La absenta', de Degas.A la derecha, 'Retrato de Sebastià Junyer i Vidal', de Picasso.

NATÀLIA FARRÉ
BARCELONA

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Hasta la fecha nunca se habían confrontado las obras de Pablo Picasso (1881-1973) y Edgar Degas (1834-1917), dos de los artistas más revolucionarios del arte moderno, y eso que es muy posible queLas señoritas de Avignon, la pintura del malagueño que da inicio al cubismo, bebiera directamente deJoven bailarina de catorce años, la escultura más famosa del francés y de los seguidores del impresionismo. O por lo menos así lo defienden Elizabeth Cowling y Richard Kendall, especialistas en ambos artistas y comisarios de la muestraPicasso ante Degas, en el Museu Picasso -que dirige Pepe Serra- hasta el 16 de enero.

Lo más curioso es que es poco probable que Picasso viera la escultura, ya que esta estuvo siempre en el taller de Degas y el malagueño nunca fue allí. Lo que es seguro es que conocía todo el escándalo que provocó -por poco convencional y extremadamente naturalista- su exhibición en 1881. Y también, que vio dibujos preparatorios y reproducciones de la pieza. Además de las descripciones que pudo oír de quienes sí la habían visto, como su marchante Ambroise Vollard y Fernande Olivier.

Con todo este material, y teniendo en cuenta el carácter competitivo de Picasso y la fama de la Joven bailarina de catorce años, los comisarios argumentan que «Picasso tuvo la necesidad de superarla y para ello realizó varias respuestas comoLa nana (1901),Desnudo de pie (1907) yDesnudo amarillo (1907), figuras que recuerdan por tamaño y posición a la escultura y que llevan a Picasso hastaLas señoritas de Avignon». La teoría es como poco «controvertida», admite Kendall, ya que puede ser rebatida puesto que hay «evidencias» pero estas no son «científicas». Pero la exposición apuesta por ello.

BAILARINAS Y MUJERES EN EL BAÑO / Para llegar hasta aquí ambos comisarios, con el apoyo del Clark Art Institute de Massachusetts (EEUU) y el Museu Picasso de Barcelona, han dedicado cuatro años a investigar la fascinación, casi obsesión, que la obra y la personalidad del impresionista ejercieron sobre el malagueño. Y la manera en que Picasso -como siempre hacía con los artistas que le gustaban-, se apropió de todo lo que quiso y pudo. «No copia a Degas, lo procesa y lo hace suyo», explica Kendall. Vale como ejemplo la comparación deLa absenta (1875-76), de Degas, con elRetrato de Sebastià Junyer i Vidal (1903), de Picasso, dos obras muy parecidas pero muy diferentes. O toda la serie de esculturas de bailarinas en yeso que Picasso realizó en 1931, el mismo año en que se expusieron por primera vez -en una muestra póstuma- las piezas de bronce de Degas con el mismo tema.

Picasso ante Degasno solo evidencia la afinidad que sentía el malagueño por el francés en el aspecto técnico -ambos recibieron una formación académica y los unía el interés por el dibujo, el grabado y la escultura- sino también en el temático: los dos plasmaron la moderna vida urbana, figuras de bailarinas, y mujeres en actividades íntimas y en el baño. Para reflejarlo, la muestra sigue la carrera de Picasso: «Desde que llega a París y oye hablar por primera vez de Degas hasta el final, cuando compra un grupo de obras de Degas para su colección y realiza unos grabados inspirados en él», prosigue Kendall. E incide en los cambios que a lo largo de los años hubo en esta fascinación que «van de la emulación a la confrontación y de la parodia al homenaje», concluye.

La muestra recoge más de un centenar de piezas de los dos artistas -entre dibujos, óleos, grabados y esculturas-, algunas de las cuales no se han visto nunca en España, comoDesnudo peinándose, (1952), de Picasso, yBailarinas en clase (1880), de Degas, y otras que apenas salen de su ubicación habitual, comoLa absenta (1875-76). Y pese ser una exposición de nivel internacional y haber mostrado interés por exhibirla museos de la talla de la National Gallery de Londres, solo se verá en Barcelona y en Massachusetts (EEUU).

JUEGO EN EL BATEAU-LAVOIR / Aunque tenían el taller muy cerca, los comisarios no han conseguido pruebas, pese haberlas buscado durante estos cuatro años, de que Picasso y Degas llegaran a conocerse; pero sí afirman que una de las distracciones del malagueño y sus amigos en el Bateau-Lavoir era jugar a ser Degas valorando la obra de Picasso.