HOMENAJE A UN ICONO METÁLICO

Bruque, el pacificador

El ideólogo de 'El heavy no és violència', fallecido en 1992, inspira un concierto

Pedro Bruque.

Pedro Bruque.

J. B.
BARCELONA

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En los años 80, los conciertos de heavy metal derivaban, a veces, en batallas campales (Scorpions: un fan muerto de un navajazo en Madrid y destrozos en Barcelona) o linchamientos de teloneros (Joan Jett, Diamond Head). Alertado por la mala prensa que adquiría el género, Pedro Bruque se inventó el festivalEl heavy no és violència, que en 1987 reunió a Obús, Bruque (su banda), Ángeles del Infierno, Muro, Zeus, 11 Bis, Vip, Snuffo y Attack en el Palau d'Esports, y que tuvo réplicas en otras ciudades españolas. El proyecto no fue a más porque un tumor cerebral apartó al músico de toda actividad y acabó terminando con su vida en 1992.

Pionero del heavy metal catalán como bajista de Evo y Tigres, este leonés de nacimiento es una figura de culto entrañable en la escena del rock duro. Por eso ha inspirado un concierto de homenaje por el que desfilarán los músicos de las bandas en las que tomó parte.

REUNIÓN DE TIGRES / Actuarán sus colegas del grupo Bruque, así como los reunificados Tigres, con Albert Pont (guitarra), David Biosca (batería) y los dos cantantes de la saga, José Antonio Manzano (que pasó por la banda cuando aún se llamaba Tigres de Metal, antes de fichar por Banzai) y Achille Reitz. Completan el cartel dos grupos, Ringeling (con Claudio Ringeling, exmiembro de Fuck Off, banda cuyo primer disco fue producido por Bruque) y Tribute.

«Pedro era tenacidad y lucha», destaca Ricard Altadill, promotor, junto a Ringeling, de este homenaje que será grabado en DVD. Hablar con Altadill es viajar a la Barcelona metálica de los 80, a tiempos en que el metal era «el heavy», desafiando la gramática inglesa. Conoció a Bruque en el bar Quirófano, de Balmes-València, primer punto de encuentro de los metaleros condales, y trabajó comodjen las discotecas Barnaheavy, Metal y Rainbow, donde el bajista fue relaciones públicas. Las dos últimas fueron proyectos empresariales de Gaby Alegret, de Los Salvajes.

Recordando esos tiempos, los miembros de Tigres (grupo que teloneó a Judas Priest, Kiss, Motorhead y Saxon) celebran que «el rock se ha abierto mucho» desde entonces y que los episodios de disturbios son hoy muy infrecuentes. «Los ayuntamientos no querían montar conciertos de heavy metal por miedo. No había educación musical y la gente estaba cerrada», recuerda Pont. Reitz se queja: «Y en Madrid nos cerraron puertas, y eso que no cantábamos en catalán».

Sorprende que, pese al fondo pacifista, el concierto se tituleBreaking the law. «Judas Priest eran los favoritos de Pedro, y esa canción le volvía loco», justifica Altadill. Músico, productor, relaciones públicas y activista del metal: así era Bruque. «¡Imaginaos lo que haría ahora con internet!», suspira Reitz.