EDICIÓN

El cierre de L'Arc de Berà atrapa a decenas de editoriales

ERNEST ALÓS / Barcelona

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El colapso de la distribuidora de libros en catalán L'Arc de Berà amenaza la continuidad de parte del centenar de pequeñas editoriales cuyos títulos comercializaba, distribuía y facturaba. L'Arc de Berà, empresa fundada en 1971 por Jordi Úbeda, Josep Espar, Josep Maria López-Llaví i Joaquim Ensesa y gestionada actualmente por Jaume Ensesa, decidió el lunes pasado cesar su actividad, dejando a deber a sus clientes el importe de todas las ventas realizadas en las librerías desde abril, incluyendo la vital recaudación de Sant Jordi.

La cifra que las editoriales han visto evaporarse se puede acercar, según estimaciones de ambas partes, a los 1,5 millones de euros, una cantidad importante para sellos de talla modesta. Entre las editoriales afectadas figuran Viena, Angle, Cossetània, Bromera, Arola, Pagès, Dux, Dau, Base, Barcino, Coco, Eumo, Moll, Albertí y las publicaciones de la Abadia de Montserrat y el IEC. L'Arc de Berà no plantea un procedimiento concursal sino pactar el cobro de la deuda, con una liquidación ordenada, tras la venta de un local de la Gran Via valorado en 3 millones de euros. Las editoriales afectadas, reunidas ayer, pedirán el viernes a la Conselleria de Cultura que «facilite la financiación necesaria, con la máxima urgencia», para conseguir la liquidez imprescindible mientras esta operación no se hace realidad.

MANTENER LA NORMALIDAD / Las editoriales también se comprometieron a reanudar la distribución normal a partir del 1 de octubre, aplicando un nuevo modelo más eficiente en que la facturación y la comercialización vayan a cargo de empresas en las que participen, mientras que la logística debería ir, para garantizar la normalización rápida, a cargo de Arclogic, empresa participada por parte de los accionistas de L'Arc de Berà y que custodia en sus instalaciones los fondos de los sellos afectados.

La crisis de L'Arc de Berà, aparte de las dificultades por centrar su negocio solo en el libro en catalán, se gesta a partir de la pérdida como clientes de los sellos en catalán de Planeta, tras crearse el nuevo Grup 62, y se ha agravado con el descenso de las ventas en los últimos meses y la denegación de varios créditos.