PRESENTACIÓN

La nobel Herta Müller reivindica la memoria como materia literaria

La escritora recrea las deportaciones estalinistas en su última novela

La escritora Herta Müller.

La escritora Herta Müller.

JUAN FERNÁNDEZ / Madrid

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La literatura no sirve para ajustar cuentas con el pasado. Esto piensa la poeta y novelista rumano-alemana Herta Müller (Nitzkydorf, Rumanía,1953). Viniendo de quien viene, la observación tiene miga: la obra de la premio Nobel de literatura de 2009 pone el foco en la represión estalinista y tiene en la memoria a su principal fuente de inspiración. «No soy yo quien necesita terapia, sino la dictadura, que es un sistema enfermo. Los recuerdos sólo son materia prima que la lengua debe recomponer», dijo ayer en Madrid.

La escritora no es muy amiga de los viajes, pero estos días está en España para presentar su última novela, Todo lo que tengo lo llevo conmigo (Siruela y Bromera), donde retrata la persecución sufrida por los alemanes rumanos en tiempos de Stalin. La madre de Müller fue deportada a un campo de trabajo en Ucrania, pero no fue ella, sino su amigo el poeta Oskar Pastior, quien le habló de aquella herida de la memoria europea jamás contada, y quien hace de hilo conductor del relato.

PREOCUPACIÓN POR LAS PALABRAS / La novela se suma a los cuatro títulos suyos que ya hay traducidos al castellano y el catalán, y anticipa la próxima llegada de otras cuatro obras más de su bibliografía. El Nobel le ha dado fama mundial, pero la autora asegura que no la ha cambiado. «La magia de ese premio no la entiendo», afirma. Considerada una narradora que escribe poesía en prosa, la escritora reconoce que su preocupación con las palabras es máxima. «Intento que cada frase cumpla su papel, hay textos que reescribo 20 veces antes de darles el visto bueno. Cada frase debe ser una obra de arte», sostiene Herta Müller.