NUEVA EDICIÓN DE ESTE ESCAPARATE MUSICAL

Feria del producto local

Mishima.

Mishima.

NANDO CRUZ
BARCELONA

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En solo seis años, el PopArb se ha convertido en un festival abonado a los tópicos: que si es el mejor escaparate del pop catalán, que si hace una década habría resultado impensable organizar un festival de este nivel artístico solo con artistas catalanes, que si es la mejor prueba de la buena salud de que goza la escena local... Los tópicos tardan años en cuajar, pero si el festival de Arbúcies los ha intertiorizado en tan poco tiempo será porque ha nacido en el momento adecuado y ha hecho las cosas más que bien.

Este año hay al menos cinco nombres del programa que estarían perfectamente capacitados para llenar, cada uno por su cuenta, un local de mil personas: Standstill, Mishima, Delafé y las Flores Azules, Roger Mas y Dorian. Es un dato significativo de cómo han crecido en popularidad artistas que años atrás eran el relleno de otros festivales o delicatesen de pequeños locales. Todos vuelven al PopArb como repetidores para resaltar el estirón que han dado últimamente.

Sería inexacto sugerir que el Pop-Arb ha disparado sus carreras, pero alguno ha experimentado una revelación actuando en él. Mishima, por ejemplo, aún recuerdan la primera vez que notaron que el público cantaba sus canciones. Fue en la primera edición del PopArb. Acababan de publicar Trucar a casa. Recollir les fotos. Pagar la multa (2005). Otros, como Tarántula, han hecho todo lo posible por actuar este año en un festival del que les hablan maravillas. Aquí estrenarán varias de las canciones que sucederán a su incomparable Humildad trascendental.

Y es que el PopArb es un festival en el que los grupos quieren actuar no por el caché o la proyección que pueda significar para su carrera, sino porque se está a gusto. Ante esos festivales acordonados como campos de concentración, el PopArb propone un diseño de festival hogareño, un programa de actos nada estresante (diez conciertos el viernes y 14 el sábado) distribuidos en dos escenarios principales y actuaciones puntuales en la piscina municipal, el jardín del hotel Can Torres o algunos bares del pueblo. Y todo, con un aforo de solo 2.000 espectadores.

Todo apunta a que esta va a ser la edición más concurrida del festival. Pero el hecho que garantiza el futuro del PopArb no es el espónsor, sino el hecho de que un tercio de los artistas en cartel estarán tocando las canciones de su primer disco. Es el caso de Bradien (pop instrumental exótico y delicado), Els Surfing Sirles (rock de garaje ilustrado y desbocado), los caseros y soleados Fred i Son, los eclécticos y frescos Very Pomelo, el imparable Joan Colomo, los frenéticos Mujeres, los tropicales Extraperlo, la cautivadora Maria Rodés...

Para evitar caer en la rutina, el Pop Arb inicia este año un experimento que consiste en provocar el encuentro de un artista extranjero y otro catalán. Los escogidos para el estreno son el sexteto de folk Anímic y el estadounidense Will Johnson (rockero cantautor al frente de los grupos Centromatic y South San Gabriel). El tejano lleva una semana instalado en Collbató ensayando diariamente canciones tanto suyas como de Anímic). Los catalanes todavía no han salido de su asombro al comprobar cómo suena la aguda, rota y poderosa voz de Johnson en su local de ensayo. «No tenía ni idea de que tocásemos tan flojo hasta que nos hemos juntado con él», aseguraba días atrás Ferran Palau, cantante de Anímic.

Encuentro transatlántico

En ediciones anteriores el PopArb ya había propuesto encuentros intergeneracionales de músicos catalanes (Pau Riba con músicos de Bankrobber, Jaume Sisa con algunos de Antònia Font...), pero este encuentro transatlántico es el inicio de una nueva línea. Will Johnson aceptó la propuesta tras ver por internet actuaciones de Anímic. «Admiro su respeto por los espacios, su habilidad para saber cuándo han de tocar y cuándo no, y la delicadeza de sus arreglos», explicaba el martes, en el sofá del comedor de Cal Anímic. Este tipo de experimentos siempre son peligrosos, pero en su caso la sintonía es evidente y la dedicación ha sido absoluta. La cosa promete mucho.

Los que no puedan ir a Arbúcies tendrán una nueva oportunidad de ver en directo a Anímic con Will Johnson. Será el 1 de julio en la sala Apolo, última escala de una gira conjunta que antes habrá hecho escala en Valencia y Madrid.