LA LITERATURA DEL BARRIO CHINO

El periodista que dormía entre los piojos

Portada de 'El Escándalo'.

Portada de 'El Escándalo'.

E. A.

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¿Quién no ha utilizado la expresiónbarrio chino, que empezó para calificar los bajos fondos del área de Drassanes y acabó identificando al Distrito Quinto o Raval? ¿Y quién conoce en cambio al periodista Francesc Madrid, que forjó en 1925 ese término que hizo fortuna? La desmemoria histórica ha afectado también a toda una porción de la literatura y el periodismo catalán, desmañada pero viva, tremendista pero popular, moralista pero franca.

Francesc/Francisco Madrid es uno de los grandes reporteros olvidados de la Barcelona de los años 20 y 30. Del lerrouxismo más rabioso derivó hasta las filas de Esquerra; sus primeras páginas se publicaron enRevoluciónyLos Miserables, pero se acabó ganando un lugar enEl Heraldo de Madrid, El Sol, La Voz, en la exquisitaD'ací d'allà, en Mirador, en L'Opinió, en La Humanitat... Companys lo salvó por los pelos de acabar ejecutado por la FAI como su amigo Josep Maria Planas: su exilio, que no dejó hasta su muerte en Buenos Aires en 1952, ya empezó en 1936.Sangre en Atarazanas(que se publica ahora en forma de libro traducido al catalán) recogió en 1926 sus artículos sobre los bajos fondos en el semanarioEl Escándalo.Madrid es un moralista que escribe de los «invertidos» que exhiben «sus vergüenzas, su impudor y su pecado». También una buena persona que detesta a los «imbéciles presumidos» que se ríen de la locura de la Monyos. Y un periodista moderno que practica lo que hoy denominaríamos periodismo gonzo, pasando la noche en las casas de dormir con literas llenas de piojos o presenciando números homosexuales («el teléfono japonés» o «el asesinato de Dato»), o que relata la muerte del confidente Jaume Ros en lo que hoy calificariamos comonovela de no ficción(y anteayer,nuevo periodismo). Es también el cronista que detalla «la organización comercial de un prostítublo» y relata reticente el ambiente gitano en Villa Rosa (el antiflamenquismo era un territorio compartido por lerrouxistas y catalanistas). Entre la literatura del paseo de Gràcia y la del Distrito Quinto, Madrid lo tiene claro.«N'estem tips de porrons, masies, muntanyes y espardenyes (...) el dia que hi hagi una novel.la del districte cinquè hi haurà una literatura de possible traducció i universalització».