Cornellà refuerza las medidas para luchar contra la pobreza

El Ayuntamiento de Cornellà de Llobregat pondrá en marcha diferentes medidas para luchar contra la cronificación de la pobreza y la exclusión social, como la aplicación de un nuevo sistema de distribución de alimentos y la atención a las patologías psicosociales derivadas de la crisis económica.

Según informó ayer el consistorio, las actuaciones se definieron en el marco de las Jornadas sobre la Pobreza de Cornellà, que reunieron el viernes y el sábado pasados en el auditorio del municipio a agentes sociales y entidades como Cruz Roja y Cáritas con el objetivo de hacer una radiografía del impacto de la crisis y recoger propuestas para combatir la exclusión social. En total, se trata de una batería de 122 propuestas, de la cuales 23 se han calificado como «prioritarias» y de aplicación inmediata debido a la urgencia de algunos casos.

Entre estas últimas está la puesta en marcha de nuevos sistemas de distribución de alimentos para cubrir las necesidades básicas que sean complementarios a los existentes; la creación de líneas de colaboración entre el ayuntamiento y las entidades sociales para atender las patologías psicosociales derivadas de las crisis; el apoyo para realizar pequeñas reparaciones en los hogares de los ancianos con el objetivo de mejorar su autonomía, y el priorizar el empleo de personas en paro mayores de 45 años. En este último caso, ha remarcado el consistorio, se seguirá la línea de trabajo del ayuntamiento, por la cual entre el 2012 y el 2015 ha creado 1.000 puestos de trabajo con planes locales de ocupación.

En las jornadas se hizo público un manifiesto en el que se alerta de que la crisis económica ha supuesto la emergencia de una nueva pobreza conformada por familias que, a pesar de que han podido subsistir gracias a sus ahorros o a las ayudas públicas, ahora ven cómo estos recursos se agotan y están quedando en situación de extrema exclusión.

Para el alcalde de Cornellà, Antonio Balmón, «hay muchos tipos de pobreza, muchas de ellas desconocidas, anónimas y sutiles», contra las que el ayuntamiento intenta ahora poner en marcha nuevas políticas de choque.