Una ruta temática descubre los romances históricos del Gòtic

Las calles de Barcelona están repletas de truculentas y desconocidas historias que le dan todavía más encanto a la ciudad. La ruta La Barcelona rosa: romances históricos descubre algunas de las relaciones amorosas de mayor escándalo que, desde el siglo I y hasta el XX, han tenido lugar en el Gòtic, el barrio más antiguo de todos.

Domingo, 11.30 de la mañana. Un grupo de unas 20 personas, compuesto por familias, parejas y personas que acuden solas, se da cita en la plaza del Rei, dispuesto a dejarse llevar durante dos horas por las aventuras amorosas que les desvelará Mireia García, responsable de BCN Ahead, empresa que organiza la ruta y guía, además, de la misma.

HISTORIAS / «Todas las historias tienen morbo», explica García antes de comenzar la ruta. «Y os aviso también de que todas acaban mal», anticipa. La calle de los Comtes, la plaza del Pi, la calle de Avinyó y la plaza de George Orwell son algunos de los escenarios donde se desarrollan las 12 historias que componen la ruta. Una de las más sorprendentes es la protagonizada por un antiguo rey de España que tuvo un lío con su abuelastra. También destacan las penurias que tuvo que soportar Gal·la Placídia (hija del emperador romano Teodosio I) y la reproducción de los relatos que la señora Rius, legendaria prostituta, hace en sus memorias sobre algunos de sus ilustres amantes, como Dalí o Cela. El público, curioso y sorprendido, ríe  a medida que descubre los trapos sucios de tan insignes personajes.

La Barcelona Rosa: romances históricos nació en el 2012 para grupos privados, pero en marzo se comenzó a abrir a particulares. Las entradas, a 12 euros, se adquieren a través de la web de Atrapalo.com. «Estas rutas —opina García— ayudan a conocer mejor la ciudad. Exigen mucha documentación y trabajo previo».

UN REGALO / La ruta acaba a las 13.30 horas en la calle de los Mirallers, donde la guía cuenta los devaneos que Giacomo Casanova, conocido por sus muchas conquistas amorosas, vivió en Barcelona en el XVIII.

Silvia Ayarza es una asidua a este tipo de rutas y acaba de conocer La Barcelona rosa. «Me ha gustado mucho. Es amena y didáctica. Y el tiempo está bien repartido», opina. Otra integrantes del grupo, Laura Majadas, que acude a la ruta invitada por su amiga Sonia Juan como regalo de cumpleaños, también se declara encantada. «Es la primera vez que participo en algo así. Prefiero esto a los regalos materiales», asegura.