CIUTAT VELLA

Un beso para la eternidad

El mosaico 'El món neix en cada besada', símbolo del Tricentenario, se queda para siempre

En el Raval 8 La obra llamada 'El beso', en la plaza de Isidre Nonell.

En el Raval 8 La obra llamada 'El beso', en la plaza de Isidre Nonell.

JÚLIA ALBACAR / BARCELONA

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Entre las estrechas calles y los serpenteantes callejones del Gòtic, se esconde un beso. El mural del artista Joan Fontcuberta, 'El món neix en cada besada', ubicado en la plaza de Isidre Nonell, recoge miles de momentos de libertad en un gran beso. "Me llamó la atención por el simple hecho que es un mural gigantesco de unos labios besándose, aunque cuando me aproximé y vi que en realidad estaba hecho con pequeñas fotos, todavía me impresionó más", explica Ingrid González, que fotografía a modelos con el mural de fondo.

El gigantesco mosaico, que ha cumplido ahora su tercer aniversario, mide ocho metros de largo y caso cuatro de alto. Más conocido como El beso, fue inaugurado en conmemoración del tricentenario de 1714. El autor, el fotógrafo Joan Fontcuberta, ha explicado a este diario que no quería "un monumento que atara memoria e historia", ni tampoco "una simple obra de arte en un espacio público".

Al contrario, el artista apunta que el propósito era que "la creación individual fuera trascendida por un proyecto que impulsara un sentimiento de comunidad". Fontcuberta también celebra que el mosaico "se ha convertido en un gran telón para hacer selfis".

Éxito en las redes sociales

Atendiendo al gran número de instantáneas que inundan las redes sociales, es fácil concluir que el propósito del fotomosaico de creación colectiva se ha cumplido. Clàudia Abela, de 23 años, explica como participó, de casualidad, en un de estos instantes de creación comunitaria de felicidad: "Vine un día a ver el mosaico, y cuando llegué, encontré a una pareja que querían hacerse una foto. No había mucha gente así que les propuse de hacerla yo. A la primera salieron abrazados, pero cuando les dije que se besaran si querían, lo hicieron. Fue muy bonito". Abela explica que el mural lo conoció por su madre, a quien "le gusta mucho Fontcuberta, como fotógrafo y artista".

Miles de momentos

Una calabaza en un huerto, una pareja abrazándose, un niño en una piscina... El ceramista Toni Cumella fue el encargado de plasmar cada una de las 6.000 instantáneas que componen el mosaico y que fueron impresas a través de la técnica de fotocerámica.

Las fotografías se recogieron a través de EL PERIÓDICO, que recopiló las imágenes de sus lectores, enviadas a través de las redes sociales con la etiqueta Moments de Llibertat. Moments de LlibertatMomentos que forman parte para siempre [el Institut de Cultura piensa manter el mural de forma indefinica] del beso icónico de la ciudad.