Adiós a la otra mirada
Una original óptica de la calle de Ramalleres, en el Raval, cierra por jubilación de su propietaria y diseñadora Vilardebó apostó siempre por reflejar la personalidad del cliente con sus gafas
Adiós a las gafas personalizadas del Raval. La tienda Dula (Ramalleres, 3) cierra este mes después de 23 años afincada en el barrio. La propietaria, Assumpta Vilardebó, tras 50 años de experiencia vendiendo gafas, se jubila a sus 69 años. El comercio está en completa liquidación desde finales de julio: todas las gafas se venden al 50% (algunas a 50 euros y otras a 65) e incluso la lámpara que cuelga del techo y los cuadros de la pared están en venta.
Vilardebó empezó hace 10 años a crear sus propios diseños que luego encarga a una fábrica de Sant Joan de les Abadesses. "Era la época del unisex. Todas las gafas eran iguales y sin personalidad, por eso decidí crear diseños de distintas formas, colores y con imanes de adorno", comenta la propietaria.
Estilo 'vintage'
Desde el escaparate se puede observar un maniquí con una falda de alambre cubierta de gafas. En su interior, la luz tenue y los muebles antiguos dotan al establecimiento de un estilo vintage. "Busqué poner en armonía mi tienda con el barrio", explica Vilardebó.
El nombre de Dula refleja mucho la personalidad de la dueña. "Ir a la dula es ir en libertad, sin control y vigilancia de nadie", comenta la propietaria. "Y así es como yo me defino", añade.
Núria Marmol lleva un año siendo clienta de Dula. "Me enamoré de unas gafas negras con perlas que estaban en el escaparate y me las compré. Desde entonces llevo cinco", cuenta Marmol.
La diseñadora utiliza una técnica personal para averiguar qué tipo de gafas se ajustan mejor a cada persona. "Cuando entra un cliente yo le hago una radiografía. Intento meterme dentro de la persona para conocerla mejor y saber qué gafas encajan con su personalidad", explica la propietaria. "Siempre digo que los ojos son nuestra obra de arte y las gafas el marco que las cubre", añade.
El objetivo que persigue Vilardebó es reflejar, a través de sus diseños, quién es cada persona. "Llevar gafas Dula es mostrar al mundo cómo eres. Van acorde a tu forma de ser", comenta Marmol.
Ahora que se jubila, la diseñadora lo tiene muy claro: va a dedicarse a leer, escribir poemas y disfrutar de sus vistas al mar en Sant Pol. "No echaré en falta la tienda, sino a todas las amistades que he hecho durante tantos años", comenta.
La propietaria realizará una fiesta de despedida el siete de septiembre para todos los clientes que han formado parte de Dula. Espera vender todos sus diseños, y en el caso de que sobren, anuncia que los donará a Médicos sin Fronteras.
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