ANÁLISIS INTERNACIONAL

Suelos que pierden carbono

Un estudio muestra que el aumento de las temperaturas activa la actividad microbiana del terreno y ello fomenta la emisión de más CO2

Un lago, con los cuernos de un caribú, en el Ártico de Alaska.

Un lago, con los cuernos de un caribú, en el Ártico de Alaska.

ANTONIO MADRIDEJOS / BARCELONA

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Las raíces, las hojas caídas, los microorganismos y otros componentes de las capas más superficiales del suelo retienen por medios naturales una cantidad descomunal de carbono, más incluso que el presente en la atmósfera, pero el equilibrio actual entre lo que se absorbe y lo que se emite podría cambiar de forma acusada si las temperaturas siguen aumentando.

Así lo advierte un estudio internacional que ha analizado cómo se comportan una veintena de suelos, desde la selva amazónica de Perú hasta el Ártico noruego, cuando son sometidos a condiciones de más o menos calor. Los detalles de la investigación se han publicado en la revista científica Nature.

Los resultados muestran que la temperatura más alta estimula la descomposición del suelo -la actividad de las comunidades microbianas- y la emisión de más dióxido de carbono (CO2), por lo que todo ello "puede convertirse en un factor retroalimentador del cambio climático", explica una de las autoras del estudio, Maria-Teresa Sebastià, profesora de la Universitat de Lleida (UdL) e investigadora del Centre Tecnològic i Forestal de Catalunya (CTFC), en Solsona. En términos más sencillos, la presencia de más CO2 en la atmósfera podría suponer que el suelo emita también más CO2 y se agudice el efecto invernadero.

La investigación la han coordinado por Kristiina Karhu (Universidad de Helsinki) y Ian Hartley (Universidad de Exeter).

RESPIRAN MÁS

Sebastià comenta desde Potsdam (Alemania), donde se encuentra realizando una estancia investigadora, que hasta ahora no se tenía una idea clara de cómo iban a responder las comunidades microbianas del suelo ante unas temperaturas más altas. Algunas estimaciones sugerían incluso que podrían servir para capturar parte del CO2 que se está emitiendo a la atmósfera al quemar combustibles fósibles. Pero no es así: "Las comunidades microbianas respiran más y emiten más", resume Sebastià, quien recuerda con prudencia que se trata de un ensayo en laboratorio y "en la vida real podrían influir otros factores".

"Nuestros resultados sugieren que el calentamiento global incrementará la actividad microbiana en una proporción mayor a la esperada con anterioridad", escribe más tajante Karhu.

Los suelos analizados, incluyendo muestras del Maresme y Collserola (suelo de matorral mediterráneo), se tomaron 'in situ' y fueron trasladadas a unas incubadoras en Londres. Los resultados dependieron del terreno: así, mientras que en los suelos agrícolas la variación fue escasa, en parte porque son los que tienen menos carbono, la pérdida fue acusada en tundras y otros terrenos de climas fríos.

"Aplicado a España -afirma Sebastià-, el trabajo sugiere que las comunidades microbianas de los suelos mediterráneos responden menos al calentamiento, pero los de las zonas más frías y de montaña, sobre todo los no cultivados, serían más vulnerables de lo que se pensaba".

Sebastià explica que la capacidad para revertir esta tendencia -reforestando o cambiando, por ejemplo, los usos del suelo- es muy limitada. "Lo fundamental es que no se quemen muchos más combustibles fósiles", concluye.