ÓRBITA ENTRE MARTE Y JÚPITER

La sonda espacial Dawn se acerca al planeta enano Ceres

Simulación artística de la sonda estadounidense Dawn en órbita alrededor de Ceres.

Simulación artística de la sonda estadounidense Dawn en órbita alrededor de Ceres. / periodico

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La sonda estadounidense Dawn, lanzada por la NASA en el 2007, iniciará el próximo viernes la fase culminante de su larga misión al llegar al enigmático planeta enano Ceres, una gran roca de casi mil kilómetros que se encuentra entre las órbitas de Marte y Júpiter.

Ceres, cuyo nombre homenajea a la diosa romana de la agricultura, fue descubierto en 1801 por el astrónomo italiano Giuseppe Piazzi. Durante décadas fue considerado el mayor asteroide conocido y desde el 2006 está catalogado como planeta enano, el más pequeño de su tipo en el Sistema Solar.

Durante los 16 meses de sobrevuelo, Dawn enviará imágenes y variados datos que deberían ayudar a comprender mejor la composición y el origen de Ceres, así como si mantiene algún tipo de actividad geológica.

CANTIDAD DE AGUA

Entre otros aspectos, se espera determinar con la cantidad de agua que hay y que algunas estimaciones sitúan en un 25% del total de la masa planetaria. Según ha calculado el equipo de astrónomos de Michaerl Küppers, de la Agencia Espacial Europea (ESA), Ceres suelta vapor de agua a razón de 6 kilos por segundo.

"Dawn está a punto de hacer historia", ha comentado Robert Mase, director de la misión de la sonda en el JPL, el centro de control de la misión en en Pasadena (California). Concretamente, Dawn se situará a 13.500 de la superficie de Ceres y, con el paso del tiempo, se irá acercando hasta reducir la distancia a unos 375 kilómetros en noviembre.

La sonda Dawn comenzó la fase final de aproximación a Ceres en diciembre y ya ha enviado a la NASA unas imágenes en las que se puede apreciar un brillo dentro de uno de los cráteres de la superficie oscura del planeta enano.

La directora del Programa de Pequeños Cuerpos Espaciales, Carol Raymond, ha explicado que los brillos que retratan las fotografías siguen siendo un "misterio". "Nunca antes habíamos visto en el espacio unos brillos como estos. Están dentro de un cráter en el que la Agencia Espacial Europea (ESA) encontró vapor de agua y no sabemos si podría estar relacionado", explicó Raymond. Las imágenes que permiten ver los brillos, y que Raymond mostró durante su rueda de prensa, fueron tomadas por la sonda a finales de febrero a una distancia de 46.000 kilómetros del planeta enano.

El investigador principal de la misión de Dawn, Chris Russell, explica en un comunicado que los brillos de Ceres podrían tener un origen volcánico, pero prefiere esperar a disponer de imágenes de mayor resolución para poder hacer afirmaciones geológicas.

"Estudiar a Ceres nos permitirá hacer una investigación histórica del espacio, podremos adentrarnos en el primer capítulo de la historia de nuestro sistema solar", añade el director de la División de Ciencias Planetarias de la NASA, Jim Green. "Los datos enviados desde Dawn podrían contribuir a avances significativos en nuestra comprensión de cómo se formó el sistema solar", destacó el científico.

VISITA ANTERIOR A VESTA

La sonda Dawn ya visitó, durante 14 meses, entre 2011 y 2012, al asteroide gigante Vesta, que también se encuentra en el cinturón de asteroides comprendido entre Marte y Júpiter. Entonces, la sonda consiguió tomar más de 30.000 imágenes del cuerpo y proporcionó a los científicos mejores conocimientos sobre la composición y la historia geológica de Vesta, que tiene un diámetro de 525 kilómetros.

Ceres, con un diámetro medio de 950 kilómetros, podría haberse formado más tarde que Vesta y podría ser más frío en su interior. Diversos estudios de la NASA sugieren que Vesta solo conserva una pequeña cantidad de agua, ya que se formó antes, mientras que Ceres podría albergar un grueso manto de hielo y esconder un océano bajo su corteza helada.

Dawn, que pesa poco más de una tonelada, lleva una cámara de alta definición y dos espectrómetros. La soda está equipada con un motor eléctricos de propulsión iónica que asegura un empuje constante y la obtención a largo plazo de grandes velocidades.