ESTUDIO PALEONTOLÓGICO

Naia y los primeros pobladores de América

ANTONIO MADRIDEJOS / Barcelona

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Los nativos americanos de la actualidad son descendientes directos de las primeras migraciones humanas que, atravesando el estrecho de Bering desde Asia, se adentraron en el nuevo continente. Así lo ha confirmado el hallazgo en una cueva submarina de México de un esqueleto hace entre 12.000 y 13.000 años cuyo ADN se ha conservado milagrosamente en un diente.

El esqueleto, con el cráneo prácticamente intacto, corresponde a una adolescente que tenía 15 años en el momento de su muerte. La han llamado poéticamente Naia (o Náyade), "ninfa del agua" en la mitología griega. El estudio, incluyendo los resultados de la datación por radiocarbono, se han publicado en la revista Science. Lo han encabezado investigadores de diversos institutos y universidades de Estados Unidos y México, con un patrocinio de la National Geographic Society.

Las conclusiones del análisis parecen obvias puesto que apenas nadie discute que pueblos de Asia septentrional fueron los responsables del poblamiento primigenio de América, o al menos el principal origen del poblamiento. Atravesando Bering desde Siberia hasta Alaska, habrían llegado hace entre 25.000 y 18.000 años, dependiendo de los estudios, y así lo atestiguan diversos huesos hallados con anterioridad y algunos indicios arqueológicos. Luego habrían colonizado el resto del continente, posiblemente en varias oleadas. 

Sin embargo, la hipótesis no había logrado ocultar un hecho incontestable: la morfología facial de los esqueletos más antiguos encontrados hasta ahora en el continente americano no se parece a la de los nativos americanos contemporáneos.

"Los indios de hoy son muy similares a las poblaciones chinas, coreanas y japonesas, pero no es el caso de los viejos esqueletos americanos de hace más de 10 milenios", señala James Chatters, jefe de Applied Paleoscience, consultora americana especializada en paleontología y arqueología. Un caso muy conocido era el del llamado Hombre de Kennewick, unos restos hallados en el noroeste de Estados Unidos con unas características morfológicas que, de forma sorprendente, se acercaban más a los rasgos europeos.

Los cráneos más antiguos hallados en América, como el de Naia, son más alargados y estrechos que las de los amerindios actuales. Esto había alentado especulaciones como que las primeras migraciones no tuvieron continuidad al sur de Canadá, que se extinguieron y que fueron sustituidas por posteriores migraciones desde otros orígenes

"Nuestros resultados del análisis de ADN mitocondrial extraído de un diente muestran que Naia estaba vinculada por vía materna a los nativos americanos actuales", dice Deborah Bolnick, de la Universidad de Texas y miembro del equipo de investigación. Según su opinión, las diferencias morfológicas se explican probablemente por cambios acaecidos en los últimos 9.000 años entre los nativos americanos.

El esqueleto casi completo de Naia fue descubierto en el 2007 en una cavidad submarina situada en la costa de Yucatán. Aunque hoy en día está a 30 metros de profundidad y solo pueden acceder a ella submarinistas profesionales, hace 13.000 años se encontraba a la intemperie por efecto de la última glaciación. Debía de ser una especie de pozo seco.

El infortunio de Naia

Posiblemente, consideran los autores del trabajo, Naia cayó en la cueva. Su pelvis estaba fracturada, lo que sugiere que sufrió una caída desde gran altura. Con el paso del tiempo, el nivel del mar subió y lo cubrió todo, lo que ayudó a su conservación. Naia era de complexión delgada y medía 1,47 metros.

Además del esqueleto de Naia, los investigadores han descubierto restos de 26 grandes mamíferos, incluyendo especies extintas como los tigres dientes de sable, osos de las cavernas, perezosos gigantes y un gonfoterio, una especie prehistórica de la misma familia que los elefantes.