MISIÓN EUROPEA

Philae, descanse en paz

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ANTONIO MADRIDEJOS / BARCELONA

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El módulo espacial Philae, de la misión europea Rosetta, no ha respondido a las señales enviadas a la desesperada el pasado fin de semana desde el centro de control y se teme que la vida del ingenio haya concluido definitivamente, según ha informado el Centro Alemán de Aeroespacial (DLR), en Darmstadt. No se reciben señales de Philae desde julio.

“No hemos conseguido entrar en contacto”, ha informado el director del proyecto, Stephan Ulamec. Las oportunidades empeoran día a día debido a que el cometa en el que se encuentra Philae, el 67P/Churyumov-Gerasimenko, se está alejando del Sol y es cada vez más difícil que el módulo pueda recargar las baterías. Es muy poco probable que el robot vuelva a funcionar", ha reconocido Philippe Gaudon, del CNES, la agencia espacial francesa.

El pasado fin de semana, los expertos del DLR enviaron al robot la orden de hacer rotar una rueda interna con la esperanza de que el movimiento permitiera sacudir el polvo de sus paneles solares y el robot se orientara mejor hacia el Sol. Sin embargo, Philae no respondió.

“No hay que estar demasiado decepcionado. Sabíamos que teníamos pocas opciones. Pero queríamos aprovechar la ocasión antes de estar demasiado lejos del Sol”, ha explicado Ulamec.

El director del proyecto dijo que esperarán señales hasta finales de enero. “Pero después en algún momento habrá que ser realistas sobre el hecho de que probablemente no escuchemos nada más del robot”.

A 500 MILLONES DE KILÓMETROS

Philae, un módulo aterrizador del tamaño de una nevera, viajó durante diez años a bordo de Rosetta con el objetivo de acercarse al cometa 67P. El 12 de noviembre del 2014, cuando se encontraba a tiro, Philae se desacopló de la sonda, viajó brevemente por el espacio y acabó posándose sobre el 67P, que en ese momento se encontraba a 500 millones de kilómetros de la Tierra. Era la primera vez que un objeto fabricado por el hombre que se posaba sobre un cometa.

Sin embargo, el módulo rebotó varias veces en la superficie y acabó ubicado en una zona sombría que le impedía recargar sus baterías solares. Así, 60 horas de funcionamiento, entró en modo reposo después de enviar los primeros datos.

El 13 de junio, Philae y Rosetta consiguieron reestablecer el contacto al cambiar la orientación del cometa, situación que se reprodujo otras cinco veces en las semanas siguientes, pero fue un espejismo. 

A finales de este mes, las condiciones serán tan negativas que la misión encontrará su fin natural. En el momento en que la temperatura del cometa se sitúe por debajo de -51, todo se habrá acabado irremisiblemente.