Hambre

Un estudio en ratones comprueba que saciar el apetito pasa por delante de cualquier otra motivación

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PERE PUIGDOMÈNECH

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Cuando estamos faltos de alimento tenemos la sensación de hambre. Es un estado en el que la actividad de todos los sentidos está dirigida a conseguir la comida que el individuo necesita. Un artículo reciente demuestra que cuando un animal tiene sensación de hambre la necesidad de saciarla pasa por delante de otras motivaciones.

En los últimos años hemos ido descubriendo de forma cada vez más precisa qué zonas del cerebro son las que se activan cuando un animal lleva a cabo un comportamiento como puede ser la búsqueda de alimento. En este caso, la activación se produce normalmente cuando el organismo tiene niveles bajos de algún componente esencial como la glucosa. En los ratones hay actualmente maneras de estimular regiones concretas del cerebro cuando una investigación lo requiere. Esta es la herramienta que ha utilizado un grupo de investigadores norteamericanos y alemanes en un artículo publicado en la revista 'Neuron'.

Han observado que cuando activan la región del cerebro que está relacionada con la respuesta al hambre, se inhiben las reacciones a otros estímulos como la sed o las reacciones de ansiedad o de miedo que se producen frente a un peligro, e incluso se alteran las relaciones con otros congéneres. Se puede deducir, por tanto, que cuando los animales tienen necesidad de comer, los restantes estímulos se dejan de lado.

Extrapolar a los humanos los resultados observados en los ratones es algo que hay que hacer siempre con prudencia. El trabajo que se acaba de publicar nos confirmaría que la fisiología de los animales está construida para anular cualquier motivación cuando hay necesidad de comer. Si la alimentación falla, el organismo no dispone de suficiente energía para hacer otras cosas. Es una razón más para no olvidar que aún hay demasiada gente que no puede pensar en otra cosa que no sea buscar su alimento cotidiano. Bertolt Brecht decía que primero está la comida y luego la moral. Ahora que a muchos no nos falta la comida, debe ser una obligación moral conseguir que todo el mundo deje atrás el hambre y pueda pensar en lo que constituye la vida humana.