como en los inicios de la revolución industrial

La extinción de especies marinas sigue los pasos de las terrestres

Un estudio advierte de los efectos de la superexplotación del mar

El bivalvo extinto 'Lottia alveus'.

El bivalvo extinto 'Lottia alveus'.

EL PERIÓDICO / BARCELONA

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El ritmo de extinción de especies ha sido en los últimos siglos muy superior en el caso de la fauna terrestre, con ejemplos famosos como el dodo, el tigre de Tasmania o el sapo de Monteverde, que en la fauna marina. Concretamente, se conocen al menos 500 especies terrestres ya extintas frente a solo 15 marinas. Sin embargo, un estudio estadounidense publicado en la revista Science sostiene que la fauna que habita en los océanos está repitiendo los mismos patrones de retroceso y podría sufrir un colapso en fechas venideras.

El estudio, coordinado por Douglas McCauley, de la Universidad de California en Santa Bárbara, asegura que los actuales patrones de uso de los océanos son similares a los que acontecieron en tierra en los albores de la revolución industrial: durante la década de 1800, grandes extensiones de cultivos y fábricas hicieron retroceder los bosques y empobrecieron la tierra. Como resultado, muchas especies terrestres se extinguieron. Sin embargo, en el océano, la pesca continuó dependiendo de veleros agrupados en pequeñas zonas cerca de la costa. «Pero ahora nuestra caja de aparejos se ha industrializado», lamenta McCauley.

Las granjas industriales en el mar son una de las amenazas para los oceános, dice el coautor Steve Palumbi (Universidad de Stanford). «Las granjas camaroneras se están comiendo los manglares con un apetito similar al de la agricultura terrestre, que consumió praderas nativas y bosques», alerta. Según los autores, el incremento del uso industrial de los océanos dibuja un porvenir sombrío en los océanos. Como señala McCauley, ahora se pesca con helicópteros y superbarcos de arrastre guiados por satélite. «Todas las señales indican que podríamos estar iniciando otra revolución industrial -advierte-. Estamos preparando los océanos para reproducir el Armagedón de la vida silvestre que hemos diseñado en la tierra».