CONTROVERSIA HISTÓRICA

La cultura de la Isla de Pascua no se autodestruyó

PASCUA

PASCUA / periodico

MICHELE CATANZARO BARCELONA

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La historia de la Isla de Pascua es el paradigma de una civilización que agota sus recursos por perseguir sus obsesiones. Rapa Nui (el nombre original de la isla) alcanzó altas cotas de desarrollo, simbolizadas por las estatuas moai, pero consumió la madera de sus bosques a tal ritmo que se autocondenó al colapso hacia el siglo XVII.

Esta versión -divulgada por la película 'Rapa Nui' o el libro 'Colapso' de Jared Diamond, entre otros- "se ha convertido en una especie de catecismo de la Isla de Pascua”, lamenta Valentí Rullinvestigador del Institut de Ciències de la Terra Jaume Almera (ICTJA-CSIC) de Barcelona. Pero los datos la desmienten. Así lo argumentaron Rull e investigadores de la Universitat de Barcelona y del Centre de Recerca Ecològica i Aplicacions Forestals (CREAF), en un artículo publicado en abril en 'Fronteers in Ecology and Evolution'.

TESTIMONIOS

La prueba-clave son tres columnas de sedimentos (“testimonios”) que el equipo sacó del fondo de lagos de la isla en 2004 y 2008. Las muestras son un registro del clima y la vegetación de la isla durante milenios. Este dietario cuenta que la deforestación fue lenta y se combinó con sequías debidas a cambios climáticos. El equipo catalán presentó estos hallazgos en publicaciones anteriores. Pero el último trabajo los conecta con multitud de evidencias arqueológicas, botánicas y genéticas para sustentar su versión alternativa.

{"zeta-legacy-despiece-vertical":{"title":"Descendientes de una cultura atenta a la naturaleza","text":"\"Habr\u00eda que reivindicar la sociedad de la isla que tiene el sambenito de ecocida. Unos pocos herederos de esa civilizaci\u00f3n a\u00fan sobreviven: ni el clima ni el esclavismo ha acabado con ellos\", observa Rull. \"Nadie pinta la deforestaci\u00f3n de Europa en la Edad Media como un ecocidio\", comenta. \u201cCon la tasa de deforestaci\u00f3n mundial actual, los bosques de la isla habr\u00edan desaparecido en un d\u00eda. Ellos tardaron 2.000 a\u00f1os: yo les preguntar\u00eda como hicieron\", concluye."}}

La teoría del "ecocidio" se fundamenta en otro “testimonio”, tomado en 1984 en el lago Raraku por el equipo del biogeógrafo estadounidense John Flenley. “Uno de los análisis que se llevan a cabo sobre los testimonios es identificar el polen que contienen. Luego, con el Carbono 14 se puede calcular la edad del pólen y así deducir la evolución de la vegetción en el timpo”, explica Rull. Flienley halló un brusco cambio: antes de ello había polen de palmeras y después solo de praderas de gramináceas. Como el corte parecía coincidir con los siglos en los cuales se suponía que los polinesios habían llegado a la isla, el investigador dedujo que los humanos debían haber arrasado con los bosques en pocos siglos.

Pero el cambio era ficticio. El lago Raraku se había secado parcialmente hace y durante siglos no se habían acumulado sedimentos: había un salto temporal en la columna de Flienley. “Todos sabían que faltaban sedimentos y los buscaban”, comenta Rull. Sin embargo, el mito del ecocidio persistió. “Es una teoría atractiva mediáticamente, que sirvió para divulgar la idea de los recursos limitado de la Tierra, en un momento en que no estaba asumida”, comenta Rull.

En 2004, el grupo del investigador empezó a tomar muestras en lagos de la Isla de Pascua. “Inicialmente, estábamos interesados en la reconstrucción paleoclimática de esa zona del Pacífico”, explica el científico. En efecto, otro análisis que se puede llevar a cabo en los testimonios es el de los isótopos. La proporción de diversos tipos de átomos de oxígeno, por ejemplo, da pistas sobre el patrón y la cantidad de precipitaciones del pasado.

“Luego vimos que podíamos abordar el problema de la civilización de la isla”, explica Rull, que desde entonces ha tomado decenas de muestras. En 2013, los investigadores descubrieron que tres de ellas eran completas, sin cortes. Estos registros apuntan a que la deforestación habría empezado en el 400 a.C., dos mil años antes de su culminación. Esta fecha tan temprana apuntaría también a que la llegada de humanos a las isla sería muy antigua. Además, el ritmo de deforestación varia mucho entre los dominios de los once clanes de la isla. La teoría del ecocidio atribuía la culpa a factores humanos. Pero las muestras revelan otro factor: fuertes sequías que complicaron notablemente la vida de los isleños e impidieron reponer los bosques talados.

“Los autores se basan en evidencias, lo que es de agradecer ante la abundancia de especulaciones sobre la Isla de Pascua”, afirma Christopher Stevenson, antropólogo de la Virginia Commonwealth University (EEUU) y autor de recientes hallazgos sobre Rapa Nui. “Los cambios paleoambientales son el resultado complejo de la actividad humana y el clima: las explicaciones con una causa única son demasiado simplistas”, concluye Gianluca Piovesan, profesor de Agraria en la Universidad de la Tuscia (Italia) que ha intervenido en la evaluación del artículo del grupo catalán.