OBSERVACIÓN ASTRONÓMICA

Cometa a la vista

El C/2014 Q2 Lovejoy, descubierto el año pasado, pasa junto a la Tierra en su viaje hacia el Sol

Con la cola verdosa 8 El cometa Lovejoy, fotografiado desde el Instituto Astrofísico de Canarias.

Con la cola verdosa 8 El cometa Lovejoy, fotografiado desde el Instituto Astrofísico de Canarias.

ANTONIO MADRIDEJOS / BARCELONA

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El firmamento tiene estos días un hermoso visitante que puede contemplarse desde nuestras latitudes, incluso a simple vista, siempre y cuando se acuda a un lugar alejado de la contaminación lumínica. Se llama C/2014 Q2 Lovejoy y es el cometa más brillante que se acerca a la Tierra desde el paso del ISON en el 2013. Los especialistas se han movilizado para la ocasión.

«Tenemos la oportunidad única de ver un cometa llegado desde la lejana nube de Oort», resume Josep M. Trigo, astrofísico del Instituto de Ciencias del Espacio de Barcelona (CSIC-IEEC), mientras comenta una instantánea captada con el telescopio Joan Oró, del Observatori Astronòmic del Montsec, en Àger. Tiene una magnitud aparente cercana a 4, suficiente como para poder contemplar con prismáticos una hermosa cola de color verdoso.

El cometa Lovejoy no ha recibido lógicamente la atención que ha merecido su colega 67P en su reciente encuentro con la sonda Rosetta, un hito en la historia de la exploración espacial, pero desde un punto de vista de la observación popular no hay color. «Ahora está en el cénit del firmamento. Con unos prismáticos de pocos aumentos se puede distinguir una pequeña nebulosa que abarca algo menos de un diámetro lunar», dice el astrofísico del CSIC. También es fácil de inmortalizar con una cámara y una corta exposición.

El cometa se encontraba la semana pasada a 70 millones de kilómetros de la Tierra y el próximo día 30 alcanzará el perihelio o momento de máxima aproximación al Sol. Desde ahora y hasta entonces, se espera un progresivo aumento de la sublimación del agua y la formación de los característicos chorros, pero al mismo tiempo se alejará de nosotros y ello dificultará la observación.

Los cometas de largo periodo como el Lovejoy suelen proceder de la Nube de Oort, en los confines del sistema solar, y poseen órbitas muy excéntricas. «Como sus periodos de revolución al Sol suelen ser de cientos de miles de años, sus anteriores pasos no han podido ser observados con anterioridad [desde un punto de vista científico] y, claro está, no hay constancia previa de su existencia ni estimación de su comportamiento en la proximidad del Sol», explica Trigo. Suelen ser cuerpos helados formados por una amalgama de polvo, hielo y materia orgánica.

El Lovejoy fue descubierto en la constelación Puppis (o Popa) el 17 de agosto pasado por el aficionado australiano Terry Lovejoy con un telescopio de solo 20 centímetros. Se desconocen las dimensiones de su núcleo, pero su envoltura se alarga a lo largo de 100.000 kilómetros.