Científicos descubren un sorprendente vínculo genético entre nativos del Amazonas y Australia

Nativos americanos que viven en el Amazonas muestran una conexión genética inesperada con pueblos indígenas en Australia, lo que sugiere una ancestral ola migratoria desconocida hacia las Américas. "Es increíblemente sorprendente", ha señalado David Reich, profesor de Genética de la Escuela de Medicina de Harvard y autor principal del estudio.

Investigaciones previas muestran que los nativos americanos se extendieron desde el Ártico hasta el extremo sur de América del Sur con una sola "población fundadora" que cruzó el puente de tierra de Bering hace unos 15.000 años. En 2012, Reich y sus colegas mostraron que ciertos grupos indígenas en el norte de Canadá presentaban ADN de al menos dos oleadas posteriores.

El nuevo estudio, publicado en Nature, parte del análisis de los datos genéticos recopilados como parte del estudio de 2012. Pontus Skoglund, miembro del laboratorio de Reich, notó una extraña similitud entre uno o dos grupos de nativos americanos en Brasil y los grupos indígenas en Australia, Nueva Guinea y las Islas Andamán.

"Ese fue un resultado inesperado y poco confuso", ha dicho Reich. "Pasamos un tiempo muy largo tratando de disipar este resultado desaparece y lo que conseguimos fue reforzarlo", ha añadido.

Skoglund y colegas de otras entidades estudiaron información genética pública a partir de 21 poblaciones americanas nativas de América Central y del Sur. Recogieron y analizaron el ADN de nueve poblaciones adicionales en Brasil para confirmar el enlace y descartar que el resultado inicial fuera debido a la forma en que se habían tomado las muestras. A continuación, el equipo comparó los genomas a los genomas de personas de unas 200 poblaciones no americanas.

El enlace persistía. Los Suruí y Kariiana de habla tupí y los Ge de habla Xavante del Amazonas presentaron un ancestro genético muy estrechamente relacionado con los indigenas australianos, mayor que con cualquier otra población en la actualidad. Este ancestro no parece haber dejado rastros medibles en los demás grupos de nativos americanos.

Los marcadores genéticos de este antepasado han contribuido a la ascendencia de los nativos americanos, y el patrón geográfico no puede ser explicado por la época postcolombina europea, ni por mezclas con africanos o polinesios. Como resultado, piensan que el origen del ancestro es mucho más viejo, quizás tanto como los primeros americanos.