PARTICIPACIÓN DEL VHIO-VALL D'HEBRON

Un biobanco 'viviente' para estudiar el cáncer de mama

Tumores humanos implantados en ratones 'avatar' conservan de forma perpetua sus propiedades genéticas y morfológicas

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ANTONIO MADRIDEJOS / BARCELONA

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Para caracterizar los tumores de mama, que suelen ser muy distintos entre sí, y luego desarrollar medicamentos efectivos para cada uno de ellos es particularmente útil disponer de modelos preclínicos de investigación. Un equipo internacional con participación del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO), centro científico adscrito al hospital barcelonés, ha desarrollado un biobanco 'viviente' con ratones avatar –creados a semejanza de las pacientes– que permite el cribado de fármacos en condiciones similares al microambiente tumoral. "Un biobanco es como una librería de tumores humanos, en nuestro caso de cánceres de mama, conservados en ratones", resume una de las participantes en el trabajo, Violeta Serra, líder del grupo de Terapias Experimentales del VHIO.

Todo empieza en el hospital. Cuando a una paciente se le hace una biopsia de un tumor de mama para determinar su posible malignidad se le pide si permite que se le extraiga una pequeña porción para participar en el proyecto. De inmediato, un fragmento del tamaño de un grano de arena se implanta en un ratón, normalmente en la espalda o bajo la mama. Desde la extirpación al implante, el proceso no puede demorarse más de 10-20 minutos. "Ha de ser algo muy rápido -dice la investigadora-. Esta es una de las ventajas de estar al lado del hospital y de tener un animalario. Es un trabajo en equipo en el que participan muchos profesionales". 

REPRODUCCIÓN FIDEDIGNA

Estos ratones avatar se han convertido en los últimos años en una "herramienta de investigación muy interesante", prosigue la especialista del VHIO. Hace 10 años habría parecido ciencia ficción, pero el desarrollo de animales inmunodeprimidos -no rechazan los tumores ajenos porque no tienen sistema inmune- y la mejora de la técnica del implante lo han hecho posible.Algunos tumores no llegan a crecer en el roedor huésped, «pero si lo hacen son una reproducción fiel del tumor de la paciente», sintetiza Serra. Una de las grandes ventajas radica en que, a diferencia de lo que sucede con las tradicionales placas de cultivo, el tumor conserva en el ratón su contexto tridimensional. Mantienen incluso parte del estroma, el tejido que rodea las células tumorales.

«Los cultivos en plástico tienen limitaciones», prosigue Serra. Por ejemplo, las líneas celulares son demasiado homogéneas y las que crecen con facilidad en los compartimentos de una placa de plástico no son necesariamente una representación fidedigna del tumor.

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Finalmente, a los ratones se les extrae el tumor y se reparte para hacer el cribado. "Ponemos diferentes medicamentos en la placa, a veces combinados, y observamos cómo se comportan", añade. En las placas que se observan en las fotos adjuntas, cada agujero tiene muestras de un mismo tumor, pero los productos aplicados son diferentes. Suelen incubarse durante una semana. En el estudio se han probado 83 xenotrasplantes "que representan la mayoría de subtipos de cáncer de mama, una tarea que ha sido posible gracias a la participación de diversos centros europeos", destaca el VHIO.

"Asimismo, también congelamos una parte para hacer la caracterización genómica y la histología», dice Serra. Finalmente, y esto es esencial, un fragmento se reimplanta en un nuevo roedor, lo que permite mantener los cultivos vivos de forma perpetua. Las mutaciones adquiridas a lo largo de todo el proceso son escasas, por lo que la esencia del tumor original se mantiene, "con las mismas características genéticas y morfológicas". 

Uno de los escasos 'handicaps' es que algunos modelos crecen muy lentamente, al igual que los tumores de algunas pacientes, por lo que pueden pasar meses hasta que se realiza el cribado.

COORDINADO DESDE GRAN BRETAÑA

El equipo de investigación ha estado encabezado por Carlos Caldas, del Cancer Research UK Cambridge Institute, y con Alejandra Bruna como primera firmante. Los resultados se han publicado en la revista Cell. Por parte del VHIO también figura como autor Javier Cortés, ahora en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid.

"Para nosotros es como un banco viviente de de los distintos tumores que tienen nuestras pacientes. Podemos coger un tumor, partirlo, congelarlo y compartirlo con otras instituciones para acelerar la investigación", añade Serra. "Creemos que herramientas de este tipo servirán para entender los mecanismos de acción de los medicamentos [qué genotipos de tumor son sensibles a ellos y por qué] y para acelerar el desarrollo de fármacos", concluye.