PUBLICADO EN 'SCIENCE'

El árbol genealógico de las aves

Aves disecadas en el Museo de Historia Natural de Washington

Aves disecadas en el Museo de Historia Natural de Washington / periodico

ANTONIO MADRIDEJOS / BARCELONA

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Las más de 10.000 especies de aves conocidas en la actualidad, desde el pequeño colibrí hasta el enorme avestruz, así como otras muchas más que desaparecieron con el transcurrir del tiempo en los últimos 150 millones de años, guardan un parentesco evolutivo indudable, pero a veces difícil de determinar.

Un grupo internacional de científicos, con participación del Centro de Regulación Genómica (CRG), en Barcelona, ha descifrado esta especie de árbol de la vida de las aves tras analizar 48 especies actuales buscando sus similitudes genéticas. "Comparar los genomas de las aves nos ha permitido reconstruir parcialmente el que sería el genoma del ancestro común y la cronología del origen de los cocodrilos, las aves y los dinosaurios", destaca Toni Gabaldón, jefe de Genómica Comparativa en el CRG e investigador ICREA de la Generalitat.

Entre las conclusiones destacadas, el estudio muestra que las aves han tenido una fecunda existencia desde el surgimiento de Archaeopterix, descendiente de los dinosaurios que vivió hace unos 150 millones de años, pero que la gran explosión de biodiversidad se produjo justamente tras la cataclísmica extinción de hace unos 66 millones. "Las aves son dinosaurios que evolucionaron", recuerda Gabaldón. Sobrevivieron y fueron capaces de ocupar su nicho ecológico.

Esta gran explosión de vida que se prolongó durante al menos 10 millones de años dio lugar al 95% de las ramas evolutivas de la actualidad, las llamadas 'neoaves'. Según el investigador del CRG, las aves han sufrido desde entonces una enorme diversificación, infinitamente superior a la de sus parientes cocodrilos, "que apenas han evolucionado". Los actuales son muy parecidos a sus ancestros.

200 CIENTÍFICOS DE 80 INSTITUTOS

Las detalles de la investigación se han publicado en la revista Science en un número especial con nueve artículos. En la secuenciación y en el análisis comparado han trabajado durante cuatro años más de 200 científicos de 80 instituciones de 20 países. Los principales coordinadores son el centro de investigación genómica BGI, de Shenzhen (China), y el Museo de Historia Natural de Dinamarca, en Copenhague.

El análisis, que además de las 48 aves ha secuenciado también el genoma de tres cocodrilos, resuelve también algunas incógnitas sobre la evolución de las aves, como el surgimiento del canto y la pérdida de los dientes, dicen los autores. Entre las especies estudiadas hay cuervos, patos, halcones, somormujos, flamencos, periquitos, grúas, ibis, pájaros carpinteros y águilas, en representación de las principales familias de aves modernas.

El árbol genealógico muestra en un extremo a los avestruces y sus antepasados, una familia formada antes de la extinción de los dinosaurios, y en el otro a las pequeñas aves paseriformes y los falcónidos, que surgen hace unos 50 millones de años.

CONVERGENCIAS EVOLUTIVAS

La clasificación tradicional de las aves se estableció en un primer momento atendiendo a cuestiones morfológicas, como la capacidad de volar o incluso el tamaño, pero las modernas técnicas de análisis genómico están sacando a la luz vínculos mucho más precisos. Primero fueron genes sueltos y ahora ha llegado un análisis completo del genoma, destaca Gabaldón.

Así, todos los patos forman parte de una misma rama de la evolución, pero, por ejemplo, no sucede lo mismo con las rapaces. Aunque han acabado convergiendo como aves de presa, "un águila real está muy lejos de un búho", dice Gabaldón. En cierta manera, proceden de ramas diferentes. Y lo mismo sucede con especies catalogadas como aves acuáticas, como un pelícano y un somormujo. Y con las aves con la capacidad de 'hablar' -imitar sonidos humanos-, como el periquito y el estornino. Los genes han acabado convergiendo, pero no se parecen.