PATRONES DE MOVIMIENTO

La aparición de la agricultura 'adelgazó' los huesos de los humanos

Un análisis ha comparado restos desde hace 30.000 años hasta la actualidad

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Los estilos de vida modernos han hecho que los humanos sean ahora más pesados, pero curiosamente los huesos actuales son de media más finos que los de nuestros antepasados cazadores-recolectores, según muestra un análisis comparado de restos de diferentes épocas localizados en Europa y con un antigüedad comprendida entre hace 33.000 años y nuestros días. Los autores del trabajo atribuyen el adelgazamiento de los huesos a la llegada de la agricultura y el consiguiente descenso de la movilidad.

El descubrimiento, que se ha publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, arroja luz sobre "un cambio monumental que ha dejado a los humanos modernos más predispuestos a la osteoporosis, una condición caracterizada por huesos frágiles y delgados", dicen los autores. En la base del hallazgo, añaden, está la evidencia de que someter los huesos al estrés de caminar, levantarse y correr los llevó a un recubrimiento con más calcio y un crecimiento más fuerte.

"Había gran cantidad de evidencias de que los humanos tenían antiguamente huesos más fuertes y que el ejercicio de levantar peso entre los humanos modernos previene la pérdida ósea, pero no se sabía si el cambio hacia huesos más débiles durante los últimos 30.000 años aproximadamente fue impulsado por el aumento en la agricultura, la dieta, la urbanización, la domesticación del caballo u otros cambios de estilo de vida", relata Christopher Ruff, profesor de Anatomía Funcional y Evolución en la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore (EEUU).

"Mediante el análisis de muchas muestras de huesos de brazos (húmeros) y piernas (tibias y fémures), se encontró que los huesos de los humanos europeos crecieron más débiles a medida que desarrollaron y adoptaron la agricultura y establecieron un estilo de vida más sedentario", resume el experto.

El estudio fue un esfuerzo de colaboración de investigadores de toda Europa y Estados Unidos que comenzó en el 2008. El grupo se centró en Europa, ya que cuenta con muchos sitios arqueológicos bien estudiados, explica Ruff, y porque la población tiene relativamente poca variación genética, a pesar de algunos movimientos de población, lo que significa que los cambios observados pueden atribuirse más al estilo de vida que a la genética.

Para el estudio, los científicos tomaron moldes de huesos procedentes de colecciones de museos y usaron una máquina de rayos X portátil para escanearlos. "Al comparar las extremidades inferiores con los miembros superiores, que resultan poco afectados por la cantidad que una persona anda o corre, podíamos determinar si los cambios que vimos se debían a la movilidad o algún otro factor, como la nutrición", describe Ruff.

Más la pierna que el brazo

Cuando analizaron la geometría de los huesos a lo largo del tiempo, hallaron una disminución de la resistencia ósea de la pierna entre la era del Mesolítico, que comenzó hace unos 10.000 años, y la edad del Imperio Romano, que comenzó hace unos 2.500.

Sin embargo, la fortaleza de los huesos del brazo se mantuvo bastante estable. "El descenso continuó durante miles de años, lo que sugiere que las personas vivieron una muy larga transición desde el inicio de la agricultura a un estilo de vida completamente sedentario -dice Ruff-. Sin embargo, ya en la época medieval los huesos tenían aproximadamente la misma fortaleza que hoy".

Ruff señala que aún se pueden conseguir huesos de estilo paleolítico, por lo menos en el caso de los humanos más jóvenes, si se recrea en cierta medida el estilo de vida de nuestros antepasados, especialmente andando mucho más. Este experto cita estudios de atletas profesionales que han demostrado cómo el estilo de vida está escrito en los huesos. "La diferencia en la resistencia ósea entre los brazos de un jugador profesional de tenis es aproximadamente la misma que la que existe entre nosotros y los seres humanos del Paleolítico", concluye.