EXPEDICIONES

Un equipo científico preservará en 3D los vestigios del 'Titanic'

MAURICIO BERNAL / Barcelona

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La perspectiva, desmoralizante sin duda, de que los hombres del futuro no tengan unTitanicen sus vidas -esa universal fábula sobre la humildad-, o, tal vez peor, de que tengan solo la imagen de un galán imberbe profiriendo cinematográficos alaridos en la proa, ha llevado a los responsables del barco a plantearse la necesidad de inmortalizar, más allá de las fotos y los documentos escritos -sin duda abundantes- sus restos. Ese, entre otros menos espectaculares, es el objetivo de la expedición que la sociedad propietaria del buque hundido, RMS Titanic, ha organizado al Atlántico norte este verano; ahora mismo, el buque científicoJean Charcotse encuentra anclado sobre los restos del barco, recogiendo del fondo marino la mayor cantidad de información posible para elaborar una imagen tridimensional, precisa hasta donde lo permita la tecnología, de los famosos despojos. Mejor dicho: creando la imagen que tendrán delTitaniclas generaciones futuras, cuando el barco previsiblemente haya desaparecido.

NUEVE VIAJES / Sí: desaparecido. ElTitanicha permanecido casi un siglo en el fondo del mar -naufragó en 1912-, y las nueve expediciones que han tenido lugar desde que, en 1985, Robert Ballard y su equipo localizaron los restos, han certificado lo obvio: que se está deteriorando. Tarde o temprano, advierten los científicos, el barco hundido más famoso del mundo se convertirá en polvo, y la expedición delJean Charcotse ha marcado el objetivo -el segundo en importancia de esta misión- de convertir en datos la especulación. Es decir, saber cuándo. O intentar saberlo. Al fin y al cabo es por eso que se toman la molestia de bajar y hacer el mapa tridimensional.

«Hemos visto imágenes en las que parece que las cubiertas superiores están adelgazando, las paredes están perdiendo grosor y los techos están a punto de colapsar -señaló, poco antes de zarpar, David Gallo, científico del Instituto Oceanográfico Woods Hole y uno de los responsables de la expedición-. Hemos escuchado durante años todo tipo de afirmaciones en el sentido de que la nave se está oxidando, que va a desaparecer por culpa del óxido, pero la verdad es que nadie sabe nada».

YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO / La misión es lo bastante compleja, y al mismo tiempo lo bastante seductora, como para que prácticamente todo el que puede aportar algo se haya apuntado. Científicos del Instituto de Arqueología Náutica estadounidense, de la Oficina Nacional de Santuarios Marítimos, del Centro de Recursos Submarinos y del ya mencionado -y prestigioso- Woods Hole, entre otros, han sumado esfuerzos para garantizar el éxito de la expedición, conformando un equipo con tantas estrellas que los medios estadounidenses le han dado el nombre dedream teamde la investigación oceanográfica; nadie se quiere perder el periplo que puede sentar las bases de la arqueología marina moderna.

«Por primera vez, y con dos objetivos en mente, vamos realmente a considerar este sitio como un yacimiento arqueológico -declaró Gallo-. El primero es preservar el legado del barco, y el segundo es saber de verdad en qué estado se encuentra».

SUMERGIBLE SIN TRIPULACIÓN / Fue en un barco del Instituto Woods Hole, elKnorr, que el oceanógrafo Ballard descubrió los restos delTitanic,en septiembre de 1985. «Es un sitio silencioso y tranquilo -dijo- y un lugar adecuado para que descansen los restos de la más grande tragedia de los mares». Un sumergible no tripulado, elArgos, se ganó su pequeño lugar en la historia al rastrear durante más de una semana el mar antes de hallar el barco, lo cual lo convirtió en decano, o abuelo, de todos los aparatos submarinos, tripulados o no, autónomos y teledirigidos, que desde entonces han bajado hasta elTitanic, algunos a recolectar objetos y otros a escudriñar en el interior.

De modo que así -herederos del Argos- es como debe considerarse a los dos artilugios que desde hace unos días trabajan en el fondo del Atlántico, elRemus 6000y elRemora 6000. Ambos están equipados con cámaras fotográficas, equipos de vídeo y sónares de última generación, y visitarán varias veces elTitanicpara sentar las bases de un mapa tridimensional completo. ElRemus, un vehículo autónomo con un aspecto que recuerda un torpedo, tomará las imágenes generales, que incluyen registros de lo que yace bajo los sedimentos marinos (los científicos creen que hay miles de objetos bajo la arena, y quieren que queden consignados en el resultado final); elRemora, en la práctica un pequeño robot marino, penetrará en el casco y las cubiertas para grabar los detalles; los que aún subsisten.

EL ATAQUE DE LOS MICROBIOS / «La verdad es que estamos considerando el lugar como el escenario de un crimen -declaró Gallo-. Queremos saber qué hay en ese cementerio de escombros». Para aquilatar el ritmo de deterioro del barco, y calcular cuánto tiempo aguantará aún la arremetida de los microbios, elRemorasubirá a la superficie muestras de las partes más deterioradas; los árboles de óxido que se han formado en la barandilla de proa están en la mira.

«Que así permanezca para siempre», dijo Ballard tras hallar elTitanic. La casi certeza de que no será así es la que anima a esta expedición. ElJean Charcotzarpó de Canadá el 18 de agosto, y está previsto que regrese esta semana a puerto. RMS Titanic no ha revelado cuánto tiempo tardará en levantar la imagen, pero sí que cuando esté lista la pondrá al alcance del público.