Contador salva otro día de viento y lágrimas de frío

La París-Niza vive una segunda etapa casi tan salvaje como la primera y que el italiano Sonny Colbrelly gana al esprint

Alberto Contador, durante la segunda etapa de la París-Niza

Alberto Contador, durante la segunda etapa de la París-Niza / periodico

SERGI LÓPEZ-EGEA / BARCELONA

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Hay días en los que el frío hace llorar a los ciclistas. Por mucha ropa técnica que lleven, lejos de la lana de antaño, al final los corredores llegan temblando a la meta. Hay días, como este lunes, en que es más recomendable circular con coche y calefacción que montado sobre una bici, donde por mucha figura y bueno que un corredor sea, está condenado a sufrir. Y más, si sopla el viento, si se revoluciona el pelotón, si no hay tregua y si en un momento dado, a veces casi en un abrir y cerrar de ojos, se produce un corte, unos cuantos por delante y el resto a perseguir, como el domingo, en la inauguración de una París-Niza a la que resulta un pecado denominarla como la 'carrera del sol'.

Si solo se ve por televisión el último kilómetro y el aficionado se recrea con el esprint triunfador del italiano Sonny Colbrelly, el mismo que llora de alegría sentado en el suelo tras cruzar la meta, porque sabe que ha logrado la más importante victoria profesional en su carrera, es fácil imaginar que la segunda etapa de la prueba francesa ha discurrido en paz, con tranquilidad y casi siempre con pelotón agrupado. Pero qué lejos de la realidad, que sufrimiento para las figuras, como Alberto Contador, que pudo salvar un día malvado, terrible y en el que, de no haber puesto un poco de empeño por detrás, podía haber significado el adiós definitivo para reeditar una victoria en el Paseo de los Ingleses de la ciudad de Niza, el próximo domingo. 

PORTE PIERDE TODAS LAS OPCIONES

Casi dos minutos llegó a ceder el corredor madrileño frente a ciclistas peligrosos que andaban fugados por delante y que supieron jugar con la furia del viento como el ruso Ilnur Zakarin o el colombiano Sergio Henao. Pero, al final Contador, pudo arreglar la situación, al revés del corredor australiano Richie Porte, que llegó a la meta de Amilly, tras 195 kilómetros, totalmente descolgado para decir adiós a cualquier puesto de honor en la general final. Otro día de perros en el que abandonó, entre otros, Nacer Bouhanni, líder del Cofidis, otra jornada para olvidar... al menos los corredores.

Todas las clasificaciones de la segunda etapa en la página oficial de la París-NIza.