El 'Tiburón' insaciable

Vicenzo Nibali se anota la cuarta victoria en una ronda de tres semanas al no darse nunca por vencido y saber aprovechar y leer las circunstancias de carrera

Vincenzo Nibali, en el centro de rosa, con sus compañeros del Astana

Vincenzo Nibali, en el centro de rosa, con sus compañeros del Astana / periodico

SERGI LÓPEZ-EGEA / BARCELONA

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Sin ningún tipo de dudas, el triunfo conseguido este domingo en Turín ha sido el más difícil de los que hasta ahora ha logrado Vincenzo Nibali (Messina, Sicilia, 14 de noviembre de 1984) en las cuatro grandes rondas que figuran en su palmarés. Es más. Hace una semana tras su clamoroso fallo en la cronoescalada a Alpi di Suisi hasta casi parecía imposible que fuera a conservar una plaza del podio. Dio la sencación que empezaba una cuenta hacia atrás de un corredor apodado 'El Tiburón del Estrecho', en referencia al pequeño tramo de mar que separa Sicilia de la península transalpina.

En esa catastrófica cronoescalada hasta hizo peores tiempos que Michele Scarponi, su mejor escudero en el Astana, que había partido antes con la intención de marcar las referencias a su jefe de filas. Pero hubo un accidente, la caída de Steven Kruijkwijk en el descenso del Agnello y un Giro que el holandés parecía tener atado y bien atado se abrió ante Nibali como si fuera una lata de sardinas. Y sin olvidar que él fue quien más interés puso en la ascensión en distanciar a Alejandro Valverde cuando el corredor murciano mostró debilidad.

LECTOR DE CARRERAS

Y ganó este domingo su segundo Giro porque demostró ser un extraordinario lector de la carrera que supo aprovechar la ocasión que se le presentó por azar en el deporte donde más domina la improvisación. Supo que podía con Esteban Chaves y que Valverde no sería obstáculo en su victoria tras lograr dejarlo atrás en la etapa clave del viernes.

Nibali ganó también porque no dejó pasar el tren de la oportunidad como le sucedió en su triunfo en la Vuelta (2010), tras caer y retirarse Igor Antón con la victoria en el bolsillo. O en demostrar que era el mejor en el Tour del 2014 (carrera que afrontará en julio) tras las retiradas por caída de Chris Froome y Alberto Contador, un 'Tiburón' insaciable y con suerte.