Barro, viento y pistas forestales animan una etapa de la París-Niza espectacular

Contador buscó las bonificaciones en el llano mientras que Izagirre se colocó líder de la montaña

El francés Arnaud Demare celebra la victoria en la etapa del lunes de la París-Niza.

El francés Arnaud Demare celebra la victoria en la etapa del lunes de la París-Niza. / periodico

SERGI LÓPEZ-EGEA / BARCELONA

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Hay días en los que a las etapas ciclistas no les falta de nada sin que sea necesario apostar por subidas donde el aliento se pierde entre kilómetros de cuestas. Y este lunes ha sido uno de ellos, una jornada en la que ya ha quedado claro que ASO, la empresa que gestiona la París-Niza, pero sobre todo el Tour, al margen de la Vuelta, se ha instalado en el buque del nuevo ciclismo de la innovación, el espectáculo y donde un esprint hay que ganárselo más allá de la fuerza de riñones de los últimos metros.

Vêndome habría quedado anotada simplemente como una llegada más con victoria al esprint del francés Arnaud Demare (FDJ) por delante del británico Ben Swift (Sky) y de su compatriota, que no es lo mismo que amigo, Nasser Bouhanni (Cofidis) de no haber sido por la fuerza del viento que provocó ‘abanicos’ (cortes que se producen en el pelotón cuando sopla el viento lateral) pero sobre todo por los cuatro tramos de tierra, o mejor dicho de barro, que convirtió a los corredores en auténticas croquetas, que dieron vida a una etapa que, de lo contrario, podría haber sido una llamada al tedio y la siesta.

EN PUGNA CON LA TIRRENO-ADRIÁTICO

Pero no, la tensión, el espectáculo, la viveza, la velocidad, la habilidad sobre las pistas forestales cercanas a Le Mans y hasta la pelea por un segundo en las bonificaciones, lo que buscó Alberto Contador en el paso previo por la meta de Vêndome, animaron la primera etapa en línea de la llamada (aunque este lunes solo se han visto nubes) ‘Carrera del Sol’.

Hay que innovar y ASO lo sabe. La París-Niza se había quedado atrás estos últimos años ante la competencia de la Tirreno-Adriático, organizada por el Giro, y que se disputa esta semana en Italia. Y de Italia, de la Toscana precisamente, copiaron los franceses los tramos de ‘sterrato’, los que dieron colorido el sábado a la Strade Bianche. El resultado fue una etapa magnífica, divertida, amena, entretenida y en la que todos, esprinters y escaladores, figuras y gregarios, pelearon como si les fuera en ello la vida. Michael Matthews (Orica) conservó el jersey amarillo y Ion Izagirre (Movistar) se situó como mejor escalador de la prueba.