Sita Murt: "En la Anoia hay mucho talento y ganas de crear"

El nombre de la calle donde Sita Murt vivió durante su infancia, Soledat, contrasta con lo acompañada que ella se sentía en una casa alegre, con árboles en el jardín, sus tres hermanos y los amigos con los que jugaba sobre adoquines, entre adoberías como la de su padre, en la Igualada de los años 50. Las paredes de aquellas fábricas acogen hoy mucho más que recuerdos. Los tambores para el curtido de pieles siguen rodando en algunas de ellas y otras son espacios al servicio de los actuales creadores.

-La arquitectura industrial de Igualada es parte de su personalidad. ¿Qué otros patrimonios destaca de esta ciudad y su comarca, la Anoia?

-La comarca tiene pueblos y paisajes preciosos, pero si algo destaco de manera singular es el carácter emprendedor de su gente. Un ejemplo son los Amics del Rec, que organizan acciones para recuperar y promocionar el barrio del Rec, o impulsores de industrias como la única fábrica de globos aerostáticos de España.

-¿Qué podría ayudar a reactivar todo el potencial que hay aquí?

-Las ganas de tirar hacia adelante son claves. Aquí hay mucha sabiduría, creatividad y experiencia que no se pueden dejar escapar. Creo que la recuperación pasa por rescatar la producción, reactivar los pequeños y grandes talleres de Igualada. En curtidos y en tejidos, tenemos a gente muy preparada y los que suben tienen ganas de hacer muchas cosas. Hemos pasado momentos muy duros. Yo me las he visto de todos colores. Por eso estoy convencida de que también saldremos de esta.

-¿Qué echa en falta en Igualada?

-Nos iría muy bien tener un tren rápido, más directo desde Barcelona, para la gente que viene a trabajar a Igualada y para los que, como a mí, nos gusta ir a Barcelona. Ahora más que un tren, tenemos uncarrilet.

-Entre los igualadinos he escuchado muchas veces la expresión Igualada, una calle de Barcelona.

-Sí, pero es una calle muy especial. Igualada tiene rincones monísimos y algo muy característico y peculiar, los correlots, que son pasajes bajo las casas que comunican calles.

-¿Qué le gusta hacer en la Anoia cuando no está trabajando?

-Soy una caminadora compulsiva. Cuando empezaba a salir con el que después sería mi marido, Toni, le pedía a mi padre que me llevara a Igualada, para verlo, desde una finca que teníamos en La Sala, cerca de Jorba. Pero él me decía que viniera a pie. Y yo me calzaba unas bambas y guardaba los zapatos en una bolsa y caminaba los siete kilómetros hasta aquí y, poco antes de llegar a Igualada, me cambiaba el calzado. No sé si fue así cómo le cogí tanto gusto a caminar. Me relaja muchísimo.

-¿Qué más la hace sentirse feliz?

-Tener a mis diez nietos en la mesa. Cada miércoles vienen a comer conmigo. Tienen de 11 a 4 años y ellos llenan mi tiempo de felicidad.

-¿Qué hay que venir a hacer a la comarca de la Anoia?

-¡Mil cosas! Hay que venir a pasear y visitar el pueblo de Rubió, las preciosas ermitas de la Tossa y de La Sala, el observatorio meteorológico de Pujalt, Copons, Calaf, Prats de Rei, Castellolí... Y, en Igualada, no hay que perderse los días del Rec, tres días de montaje efímero de tiendas en las antiguas adoberías -la próxima edición en noviembre-, el Museu de la Pell, ni tampoco la magnífica cabalgata de los Reyes Magos.