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El motor verde

El Parc Natural de la Zona Volcànica de la Garrotxa fue el primero de toda España en conseguir la Carta Europea de Turismo Sostenible

En otoño 8El bosque espectacular de La Fageda d'en Jordà, un espacio protegido.

En otoño 8El bosque espectacular de La Fageda d'en Jordà, un espacio protegido.

R. M. / Olot

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El turismo será sostenible o no será. Hace años que en el Parc Natural de la Zona Volcànica de la Garrotxa lo tienen claro y practican con el ejemplo. Fue el primer parque de España en obtener la Carta Europea de Turismo Sostenible, un distintivo que otorga la federación Europarc a quienes mantienen un correcto equilibrio entre la conservación de los recursos naturales y el desarrollo turístico responsable. Cada año disfrutan de esta comarca más de 300.000 visitantes que aportan entre el 7% y el 9% de su PIB.

El parque natural de la Garrotxa consiguió la CETS en el 2001 y pasa examen cada cinco años. Hoy la red se extiende a 13 países y 107 parques y en la Garrotxa también hay certificadas 22 empresas relacionadas con el turismo. Trabajan para aplicar medidas que reduzcan su impacto en el entorno y, a cambio, se las ayuda con promoción y asesoramiento.

En Casa Prat, un negocio de turismo rural de Sant Feliu de Pallerols que regenta Fèlix Castanyer, ya renovaron la carta de turismo sostenible a cambio de poner bombillas de bajo consumo, diseñar rutas hasta las fuentes más cercanas y servir productos de la zona. La empresa de senderismo En Ruta Girona, en cambio, acaba de obtenerla, entre otros, por ofrecer paquetes turísticos combinados con otras empresas acreditadas y encuestar a clientes. Para su responsable, Ferran Puig,«la Garrotxa es un regalo y hay que cuidarla».

El director del Parc de la Zona Volcànica de la Garrotxa, Xavier Puig, dice que el siguiente objetivo es extender la colaboración al sector agrario:«Para el establecimiento turístico, el paisaje es solo un activo, pero el payés lo gestiona».Puig ve posible y necesario llegar a«acuerdos mutuos» que pasarían por una mejora de las prácticas agrarias o poner tierras privadas de interés al servicio del parque a cambio de formación y promoción. También se quiere meter en la rueda a los touroperadores turísticos e incluso«al sector industrial».

El argumento es:«Aunque las empresas están fuera del parque, están en los límites y para algunas de ellas, como las de productos alimentarios, somos un activo en su estrategia de márketing».

Silencio en La Fageda

Sin embargo, la dirección del parque natural también tiene deberes. Según el técnico y auditor de Europarc, Josep Maria Prats, lo principal es«regular el flujo de visitantes, una de las amenazas más graves».Una de las primeras medidas es cobrar el aparcamiento en La Fageda d'en Jordà, la zona más masificada, sobre todo durante la Semana Santa y el otoño. También se prevé crear un sistema de autobuses lanzadera desde Olot o desde Santa Pau y está empezando a tomar forma una nueva campaña para fomentar el silencio en La Fageda para que, según explica Puig,«el visitante pueda encontrar todo aquello que ahora, quizá, no encuentra».