EL RETO DE ACOGER UNOS JUEGOS OLÍMPICOS

Objetivo: 2022

Instalaciones consolidadas 8 Competición de esquí en La Masella, al lado de La Molina.

Instalaciones consolidadas 8 Competición de esquí en La Masella, al lado de La Molina.

LUIS BENAVIDES
BARCELONA

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Cuando hace tres años el Ayuntamiento de Barcelona hizo público su interés por organizar los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Invierno del año 2022 muchos pensaron que era poco menos que una extravangancia del entonces alcalde, Jordi Hereu. Sin embargo, sin hacer ruido, la propuesta ha seguido su camino y los trabajos previos están muy avanzados. «Para unos juegos de invierno la capital catalana necesitaba un dominio esquiable, alta montaña. Con la inclusión de las estaciones catalanas del Pirineo nos pareció un proyecto muy interesante, factible y positivo para el conjunto de Catalunya»,recuerda Ferran Miralles, coordinador de la secretaría de Infraestructures de la Generalitat de Catalunya.

La Oficina de la candidatura Barcelona-Pirineu 2022, explica Miralles, lleva más de un año realizando«un trabajo discreto pero muy potente»con estudios y propuestas en firme en materia de urbanismo, movilidad y medio ambiente que presentarán al Comité Olímpico Español el próximo mes de octubre.«No son simples intenciones. La candidatura trabaja con compromisos», matiza Miralles, quien considera que Barcelona responde al perfil de sede olímpica moderna.«En la última década se han escogido ciudades potentes. Aseguran buenas comunicaciones, aeropuertos internacionales, hoteles y todo tipo de servicios», añade el coordinador.

El punto más fuerte de la candidatura catalana podría ser la llamada marca Barcelona. «Nuestra mayor baza es la propia ciudad, y su carácter compacto porque disponemos de unas muy buenas pistas de esquí a una hora y media en coche», afirma Òscar Cruz, presidente de la Federació Catalana d'Esports d'Hivern, quien considera que el proyecto catalán es sólido y da soluciones a todas las exigencias del Comité Olímpico Internacional (COI). Para Miralles, es importante subrayar que el proyecto de Barcelona-Pirineus 2022«no requiere inversiones faraónicas»porque sacará rendimiento de las infraestructuras ya existentes y las pocas actuaciones que se realicen«tendrán en cuenta su legado»para evitar gastos inútiles.

Plan de futuro

De ser escogida la candidatura catalana, la estación de esquí central sería La Molina.«Serían 30 días de competición, entre Olímpicos y Paralímpicos, pero las pruebas pondrían en el mapa al Pirineo catalán en general. Los campeonatos previos, por ejemplo, podrían celebrarse en otras estaciones»,aclara Miralles. Salga o no la candidatura, explica Cruz, el deporte de invierno en Catalunya habrá ganado un plan estratégico con el 2022 en el horizonte:«Este documento marca las líneas para promocionar en nuestro país la práctica de los deportes de nieve y hielo, porque hasta ahora han sido relacionados con el ocio y falta dar un empujón a la competición».