El PSC consolida su fuerza en una AMB que deberá pactar con Colau

CARLES COLS / BARCELONA

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El Área Metropolitana de Barcelona (AMB) deberá elegir nuevo presidente, como establecen sus normas internas de funcionamiento, después de las elecciones municipales del 24-M. Hoy lo es en funciones Xavier Trias. El nombre de su sucesor (realizada ayer una prospección exploratoria) es un interrogante mayúsculo. No es una cuestión menor. El AMB tiene, con 637 millones, el segundo presupuesto público más alto de la zona, solo por detrás del Ayuntamiento de Barcelona. La tradición, aunque corta, marca que la sucesora de Trias al frente del AMB debería ser Ada Colau, pero nada establece que así deba ser.

El PSC, que por peso electoral en los 36 municipios del AMB, será la fuerza mayoritaria en esa institución, reconoció ayer a través de algunos de sus alcaldes que se avecinan semanas de muy compleja negociación. Entre otros obstáculos para el acuerdo destaca, por ejemplo, la denuncia presentada por la asociación Agua es Vida (vinculada a movimientos sociales que han aupado a Colau) contra la AMB por lo que consideran la privatización del abastecimiento del agua.

El AMB es una potentísima maquinaria inversora en materia de medio ambiente y transporte, por ejemplo. También ha sido, durante estos últimos cuatro años, el sostén económico con el que la mayoría de ayuntamientos han podido afrontar emergencias sociales provocadas por la crisis y a la vista de que la Generalitat cerraba el grifo de sus aportaciones. Ha sido con fondos del AMB como se han financiado planes locales de ocupación.

El nudo gordiano de la cuestión es que la tradición ha consistido en hacer recaer con un cierto automatismo la presidencia del AMB en el alcalde de Barcelona, entre otra razones porque es esa ciudad la que nutre con sus aportaciones una buena parte del presupuesto global. pero el sistema de elección es en realidad más complejo. Después de que se constituyan los ayuntamientos, los alcaldes elegidos pasarán a ser miembros de un órgano del AMB, el consejo de alcaldes, que es el que deberá proponer un nombre a un segundo organismo en el que están ellos mismos y los concejales elegidos por cada pleno municipal para encargarse de las cuestiones metropolitanas. A Barcelona, por ejemplo, le corresponden 25 representantes por su volumen de población. A los municipios con más de 100.000 habitantes, cuatro. El peso exacto que tendrá el PSC en esa suerte de parlamento metropolitano aún no se puede conocer con precisión, pero suya será la mayoría.

Privatizaciones

La cuestión clave -aceptaron ayer algunos alcaldes consultados- es qué planes tendrá Colau para la AMB. «En realidad, lo lógico es que anteayer no tuviera en mente ninguna estrategia metropolitana, porque aún no sabía si realmente ganaría las elecciones en Barcelona», explicó uno de ellos. Tiene hasta julio para decidirse y decidir qué papel quiere desempeñar en una administración supramunicipal que, si bien ha taponado importantes vías de agua durante la crisis, también ha sido protagonista de privatización de servicios públicos, como el acuerdo con Agbar que Agua es Vida ha llevado hasta los tribunales. En materias como esa, el choque de pareceres será casi seguro inevitable, reconocieron varias fuentes.