el pulso soberanista

Mas solo irá a las urnas con una lista unitaria

FIDEL MASREAL / BARCELONA

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Artur Mas se siente fuerte. Y liberado del calendario que le impuso Esquerra Republicana a cambio de hacerlo 'president'. Y se nota, en el fondo y en la forma con la que el líder de CiU quiere marcar el ritmo y la ruta del llamado proceso soberanista. Ayer ninguneó a los republicanos y evitó mostrar sus cartas. Unas cartas que pasan por mantener abierta la puerta al diálogo con el Estado (algo que irrita sobremanera al líder de ERCOriol Junqueras) y condicionar las elecciones plebiscitarias a que haya una lista unitaria con un único punto programático. Y, por supuesto, liderada por un Mas que se siente resucitado y poderoso.

Tan poderoso que ayer cuestionó que Esquerra le retirase su apoyo parlamentario. «Hemos cumplido y resulta que no tenemos la mayoría. 'C'est la vie, mon ami'», soltó con una sonrisa entre resignada y satisfecha. Obviaba un pequeño detalle: a ojos de ERC se ha incumplido el plan previsto, que era la consulta inicialmente pactada, con todas las garantías democráticas.

Pero en política la verdad es la que se impone en pantalla, el llamado marco mental. Y tras una retahíla de intervenciones mediáticas desde el pasado fin de semana, Mas ha conseguido cimentar la idea de que ha ganado. Ha cumplido. Ayer no hubo ni una mención a esa consulta inicial, a la ley y al decreto pactados con los partidos del frente soberanista. Tampoco hubo balance alguno sobre el grado de apoyo al independentismo. Insuficiente, según admiten en el Palau y en Convergència. Pero eso ahora no importa. La política es inmediatez y marcar el rumbo. Llevar el timón.

Y a ello se dedicó Mas en cuerpo y alma. En el frente interno, abrirá una ronda de contactos para ver si se pueden celebrar unas elecciones plebiscitarias. Con una condición: nada de hablar de políticas sociales, de carreteras o de cultura. Se trataría solo de medir el apoyo a la independencia. Y nada de listas separadas. Una única lista. ¿Encabezada por él mismo? «Estoy a disposición», contestó seguro de sí mismo el líder convergente, que compareció arropado por la vicepresidenta, Joana Ortega; el 'conseller' Francesc Homs, y otros cargos de Presidència.

LA PAGA EXTRA

La intervención estuvo trufada de mensajes a ERC. Les desafió a no apoyar los prespuestos tras sugerir que de Esquerra será la responsabilidad de que los más de 200.000 funcionarios de la Generalitat no cobren la segunda paga extra (obvió Mas que es el Govern el que ha cercenado durante años esta paga). Otro recado a los de Junqueras: el PSC entrará en la ronda de contactos que abrirá el president con los partidos para fijar el futuro del soberanismo. Ronda en la que atenderá, advirtió, a la posición de CiU. ¿Y cuál es esta posición? Que es más importante el qué y el cómo que el cuándo. Y que todavía queda mucha tarea por hacer para que el independentismo sea mayoritario. Un dirigente de CDC apunta que, tal como le dijo un payés, solo se recoge el trigo en el momento justo, ni antes ni después. Una enmienda a la totalidad a las prisas de ERC por celebrar ya unas elecciones constituyentes y proclamar la independencia.

Mas cuestionó la firmeza de los argumentos de Esquerra, recordando que en el pasado se han hecho afirmaciones contundentes ante los medios de comunicación y finalmente ha habido acuerdos y cesiones. Pero en cualquier caso dejó claro que si no hay pacto, no habrá elecciones. «Catalunya avanza más y mejor si vamos juntos -indicó-. Como mínimo, si vamos juntos muchos. Esto no sé si será posible».

OFERTA PERMANENTE A RAJOY

En el frente exterior, Mas confirmó que ayer mismo envió al presidente del Gobierno una carta para ofrecerle un «diálogo permanente». Una expresión muy parecida al diálogo «sin fecha de caducidad» que propuso el presidente del Gobierno al 'president' hace un año. Eso sí, Mas asumió que confía muy poco en este diálogo dados los precedentes, pero lo justificó para dar imagen de diálogo ante la comunidad internacional.

«Más política y menos tribunales» reclamó a Rajoy. Pero dijo que el Govern está «muy tranquilo» a la espera de la querella de la fiscalía por la organización del proceso participativo. «No hemos hecho nada ilegal», proclamó. Mas sigue rechazando la vía de la desobediencia, que propugnan ERC y la CUP, entre otros.

Otra pista, respecto a España: Mas dio por hecho que el PP perderá la mayoría absoluta en las elecciones generales. No dijo nada de esperar a este escenario. Recordó que el Estado en su conjunto debería ofrecerse a ello. Pero es bueno recordar que en más de una ocasión el propio Mas ha reconocido que el cambiante escenario político español no es desdeñable. Como no lo es el eco internacional, al que ayer hizo referencia para insistir en su victoria el pasado domingo.